Un trámite parlamentario sin importancia, ha pasado a convertirse en un terremoto en Grecia, el mayor desde el inicio de la crisis económica del país. Después de 2 intentos fallidos de que saliera un presidente, al final se va a unas elecciones anticipadas, en las que tiene, según todos los sondeos, posibilidades de ganar la izquierda de Syriza.

El parlamento será disuelto en un plazo de diez días, que contarán a partir de este lunes y los comicios prácticamente, con toda seguridad, serán un 25 de enero que tendrá a Grecia y a la Unión Europea pendiente del resultado.

Los sondeos dan una victoria a Syriza con el 28% y un hundimiento del bipatito llamado Nueva Democracia de Samaras y de los socialistas del Pasok.

Bruselas ha reaccionado con moderación, aunque era partidaria del partido de Samaras, un candidato al que ya conocen y que sabían que al menos agacharía la cabeza y diría sí a casi todas las medidas que siguen ahogando a los griegos. En su lugar si las estimaciones de voto aciertan, tendrá a Alexis Tsipras, el líder de Syriza, el cual plantearía una batalla dura y cruda contra las medidas que se han impuesto a Grecia.

La Unión Europea en la voz de Moscovici, ha declarado que ahora es el pueblo griego el que debe decidir su propio futuro. Los griegos claro está votarán, pero probablemente no lo que desea una Unión Europea que podría sufrir y mucho las consecuencias que el acceso al Gobierno de una formación como Syriza traería para la Eurozona.

¿Qué quieren que voten los griegos? ¿Más dolor? ¿Más penalidades? La austeridad que han vivido estos años ha tenido como resultado que el PIB del país haya bajado una cuarta parte respecto al que tenía de antes de la crisis. Las cifras de paro son de un 25%, solo comparables a las que vive otro de los países mediterráneos inmersos en la "cara b" de la Unión Europea, España.

Ante situaciones como las descritas, es normal que los griegos desesperados busquen un cambio a una situación que no ofrece nada especialmente ilusionante. Los ciudadanos están cansados de hacer sacrificios por seguir las normas que les dictan desde Bruselas, veremos cuáles serán los resultados y si al final gana el voto de castigo.