No se puede negar que el avance tecnológico en las formas de comunicación personal a nivel mundial y accesible para la mayoría de la población es un bien preciado pero que aún así, tiene sus falencias.

Más allá de su importancia a la hora de la comunicación en tiempo real desde cualquier punto del planeta, que nos "acerca" a nuestros afectos y familiares, surge un pequeño inconveniente a la hora de que cada uno arremete contra el teclado de la computadora o del teléfono celular y que no se le presta atención. Ese "pequeño" inconveniente es, cómo escribir.

Por una cuestión de economizar uso y tiempo los más jóvenes y no tanto, han creado casi una nueva forma de escritura que se va apartando de la forma convencional.Y hago hincapié en el sector juvenil, por ser estos quienes actúan como precursores del nuevo lenguaje cibernético y que se traslada, en forma preocupante, a la escritura convencional en papel. Digo preocupante, por ser un férreo defensor del idioma español bien escrito, tan rico en matices y flexiones como para ir degradándolo.

Si bien es atendible que por razones económicas y de tiempo se abrevie y se modifiquen ciertas letras en los mensajes electrónicos y aún así sean comprensibles para el receptor, no es aceptable que luego se aplique esta forma de nuevos códigos de comunicación en un manuscrito, ya sea una epístola, una carta documento, un formulario, un telegrama o peor aún, un examen escolar en todos sus niveles.

En las escuelas y colegios ya se puede percibir ese traslado de la "nueva escritura" que avanza peligrosamente, según mi criterio, hacia una degradación de la lengua de Cervantes.

Sería menester que las autoridades educativas tomaran nota de este fenómeno cultural, no para reprimirlo, sino para separar las aguas. El pizarrón es una cosa y la pantalla virtual, otra.

Sin intención de herir susceptibilidades, hago este pedido desde mi humilde lugar de ciudadano común que sólo quiere mantener la sana y edificante costumbre de escribir bien.

Y, como dije, el pizarrón es una cosa y la pantalla virtual, otra.