Desde tiempos remotos, los hombres hemos buscado justificar en Dios, muchas de nuestras acciones ajenas a la naturaleza de ese ser Supremo.

Decimos saber lo que él piensa, pero de los demás; lo que demanda, pero de aquellos. Los acertados somos nosotros y los errados son los otros. Él me pone por encima de los demás, porque me eligió (a mí) y a los otros no. Crímenes atroces se cometieron y seguirán cometiéndose en nombre de Dios.

Mi misil está más bendecido que el misil de los demás, y quien bendice mis armas tiene mayor unción del cielo que el que bendijo las armas de los otros.

Nuestros pecados no son como los pecados de los demás. En nosotros son experiencias bajo Divina Voluntad permisiva, por medio de las cuales podemos conocer cuán abyecta puede llegar a ser una persona, para que él luego nos exalte poniéndonos en el lugar que merecíamos, en recompensa por haber pasado la prueba.

El pecado en los demás es el resultado de una vida débil y de ausente santidad, y debe ser divulgado a los cuatro vientos a modo de oposición reveladora, o con la más sutil astucia, para que sepan cuan bajo han caído. Pero los otros, porque Dios perdona, pero a mí.

Lo que en los demás es pecado en mí es una virtud. Dios habla de tal modo que sólo lo puedo escuchar yo, tú no; tú debes lavarte las orejas con jabón primero, ¡Ah!

y el jabón lo tengo yo, porque Dios me lo ha entregado a mí. Si lo quieres, deberás pagar un precio muy alto.

Lo malo que hay en mí es pasajero, lo que hay en ti... es digno del fuego eterno.

Dios es un Dios de verdad, pero siempre que esa verdad la diga yo. Dios es un Dios de poder pero siempre que ese poder lo ejerza yo, porque en ti es la personificación del mal disfrazado de ángel de luz.

Mi oración llega al cielo, la tuya hasta el cielo raso. Mi palabra es Palabra de Dios, la tuya es palabra de hombre. Nadie puede concebir un Dios tan arbitrario.

Lo cierto es que en nombre de Dios, matamos, mentimos, lastimamos, dividimos, contendemos, juzgamos, y condenamos. Pero está "justificado" porque lo que hacemos lo hacemos en el nombre de Dios.