Y un día reapareció Luis D´Elía, el maestro, el piquetero, el diputado, el dirigente gremial, el político, el diplomático del pueblo, pero sobre todas las cosas, el militante.

En su nuevo espacio radial, tras la abrupta salida de Radio Cooperativa debido a las denuncias en su contra, D´elía se explayó sobre varios temas que aclaran, en vez de oscurecer, el panorama de la situación con respecto a los casos Embajada de Israel y AMIA.

En su descargo, el dirigente de MILES, resaltó las políticas del Gobierno, se colocó como soldado de este modelo nacional y popular y, a su vez, se despegó de todo cargo formal unido al gobierno; incluso afirmó que desde el 2006, se alejó de los cargos públicos por pedido de Néstor Kirchner, debido a la avalancha mediática generada por el grupo Clarín contra el Kirchnerismo.

Denunció a Alberto Fernández, ex jefe de gabinete, como la pata de la derecha infiltrada, a partir del 2007 con el gobierno de Cristina y a su vez confirmó que la idea de Alberto Fernández, era justificar con el caso AMIA un conflicto bélico entre EE. UU. e Israel contra la República Islámica de Irán, con el objetivo de posicionarse en Medio Oriente y controlar el estrecho de Ormuz, sitio donde el 80% del crudo mundial sale al mundo.

D´Elía no negó sus vínculos con Irán, pero desde la posición de una diplomacia popular, por la que fue invitado a visitarlo junto a otras personalidades del campo popular, como el padre Luis Farinello y el ingeniero Mario Cafiero. Recordó que se sorprendió al encontrar en Irán un país libre, con una mayoría islámica pero con tres minorías religiosas que tienen su lugar en el parlamento, como son la católica, la judía y la mazdeísta.

También dijo que la comunidad judeo-iraní tiene sus diputados, y que les tocó visitar y rezar en una sinagoga de Therán.

Asimismo destacó que Néstor Kirchner jamás titubeó respecto de la soberanía, pese a las presiones de EE UU e Israel, para que se condene a la República Islámica como terrorista.

Con respecto a las escuchas realizadas en su contra, las calificó como operaciones mediáticas y de inteligencia, ya que le torcieron el brazo a la derecha desde aquel episodio antes mencionado.

Se lo notó emocionado cuando evocó sus orígenes humildes y la lucha que como dirigente social sigue dando, pese a las calumnias en forma de fiscales corruptos, con los que intentan hundirlo. Reconoció que puede equivocarse con Irán, pero los argumentos que constató son claras muestras de un Estado que no parece terrorista.

Más cuando este lo sufre, como en los casos de las embajadas iraníes de Afganistán y el Líbano, donde murieron muchos funcionarios.

A su vez, D´Elía convocó a los jóvenes a no dejar de militar nunca y a defender las banderas de la Patria y de la integración Latinoamericana, aspecto que quisieron desarmar las potencias, con aquella posible escalada militar imperialista.

En este país, donde una porción de la población se dedicó toda la vida a ser de ultraderecha y a discriminar por el color de la piel, por la religión, por los ingresos económicos, etc., llamar antisemita a un revolucionario como lo es D´Elía, que nunca se mudó de su barrio, que siempre estuvo en las luchas populares, desde la dictadura, pasando en democracia por la etapa de cortes de ruta, cuando el desempleo genocida del neoliberalismo mataba pibes en serio de hambre, hasta el estallido del 2001 y el no al ALCA, es una burla a la democracia.