Por años fui recorriendo diferentes rincones del mundo admirando maravillosos lugares.
En 2013 llegué a Ilha Grande, una isla ubicada al sur de Río de Janeiro, frente a Angra Dos Reis. Con sus 106 playas se puede encontrar desde aguas calmas y bahías que aparentan ser lagunas, hasta olas perfectas para la práctica del surf.
En la isla no hay vehículos a motor, a excepción de lanchas y barcos, los cuales se utilizan para llegar a cada una de las atracciones que posee.
También puede ser recorrida a pie en su totalidad. Con la ayuda de un guía especializado lograrán dar la vuelta por completo atravesando por casi 200 km2 de mata atlántica.
Frente a la Villa do Abraão, villa cabecera, se puede apreciar imponente `O Pico do Papagaio`, el pico más alto de la isla. Un inolvidable paseo es subir hasta su cumbre de 960 metros de altura y esperar que amanezca ahí. La vista es un regalo para el alma.
La historia del lugar también es algo digno de saber; incluye desde piratas, hasta cárceles, fugas y la construcción de un acueducto que, en su época, conducía alrededor de un millón de litros de agua por hora de un lugar a otro. La cárcel de Dois Rios es actualmente un museo, se puede visitar y entender mucho mejor el pasado de aquel paraíso, utilizado en ocasiones como puerta para entrar al continente.
El deporte es una parte importante de las actividades.
Con su variada geografía se puede encontrar gente que realiza desde buceo, hasta rappel, pasando por surf, trekking, bicicleta de paseo, mountain bike, pesca, capoeira, fútbol y básquet entre otros.
El lugar está organizado para el Turismo, y si bien en alguna época no contaba ni con cajero automático, ni con casa de cambio de moneda, hoy se puede pagar libremente con tarjetas.
Hay variedad de supermercados, restaurantes, comedores, hoteles, posadas, cabañas, hostels y campings. Cuenta con teléfonos públicos para llamadas internacionales, un micro hospital totalmente gratuito y una feria de artesanías frente a la plaza e Iglesia principal.
Si algún día van a Brasil, les recomiendo de corazón que no dejen de conocer este pequeño paraíso.
