Los ingleses tienen fama de ser muy estructurados y esta noticia demuestra que no es sólo un prejuicio. En un barrio de Londres, decidieron poner manos a la obra para evitar este terrible flagelo de los zapatos manchados de excremento perruno.

Al parecer, un escuadrón de ¿profesionales? se encargará de tomar muestras de ADN de las restos deposiciones caninas que encuentren abandonadas en la acera. Parece un chiste, pero no lo es. Y esta labor puede ser sumada a la lista de los trabajos más desagradables de la historia, junto al limpiador de posaderas de la realeza de antaño.

Pero no nos distraigamos, no sea cosa que pisemos algo y arruinemos la labor de los científicos. La toma de muestras de ADN se realiza con la intención de identificar al propietario del perro y colocarle la multa correspondiente. Dicen que el monto será de unas 80 libras (aproximadamente 100 euros), para aquellos dueños que incumplan la legislación y dejen desperdicios para que los transeúntes con graves preocupaciones acerca de lo que le dicen por whatsapp, se desgracie camino al trabajo.

"Somos el primer distrito del país que lucha decididamente contra los excrementos de perro y los dueños de Animales que no se comportan de manera social", comunicó al mundo, muy orgulloso, Darren Rodwell, concejal del distrito Barking and Dagenham, autor de esta propuesta.

Aparentemente, retirar estos desechos le cuesta al distrito unos 3,2 millones de euros al año; diría que es casi el PBI de alguna nación pequeña la que se va por la cloaca (literalmente) por la desidia de ciertos civiles ingleses.

Esta iniciativa, que ya funciona en la ciudad de Nueva York, recién se pondría en marcha en septiembre del 2016, ya que primero hay que realizar el relevamiento de ADN de los perros del vecindario.

En Estados Unidos, esta base de datos se llama "Poo Prints". Sutiles...

Pero no es sólo una manía anglosajona. En una localidad de España, decidieron contratar un detective para que vigile e investigue a los vecinos que estén sospechados de abandonar las heces de sus mascotas en la vía pública. ¿Un chiste de gallegos? No de nuevo.

Aparentemente este señor grabará un video atrapando in flagranti a aquellos que no levanten los excrementos. Coordinado con la policía local, dará su testimonio y la presentación de las pruebas filmadas y el responsable deberá pagar hasta 150 euros, dependiendo de su reincidencia.

Creo que ahora en Buenos Aires, los palermitanos, que se sentían muy importantes con su cruzada para colocar botellas expendedoras de bolsas plásticas en los árboles, van a tener otros ejemplos en los cuales pensar seriamente.