El máximo jugador de la historia del básquetbol de la Argentina, Emanuel Ginobili, que supo ganarse el corazón de los texanos en San Antonio Spurs, y de todos los argentinos con su muestra constante de garra y su gran corazón, no solo dentro de la cancha sino que también fuera de ella; incansable en demostrar el afecto por el deporte, por su ser solidario que brinda apoyo, como lo hizo hace poco con un periodista el cual perdió su laptop, por el cual ofreció por Twitter una remera usada en juego con su autógrafo a quien le entregara la laptop.

Lejos de aquel 2002 cuando incursionó en la NBA un joven Ginobilli que supo ganarse con coraje, guapeza y sus anotaciones un lugar en el equipo Texano y que no solo tuvo un crecimiento individual, sino que agregó juego junto al base francés Tony Parker y junto a Tim Duncan.

Ellos se han convertido en el trío con más partidos disputados en playoffs de NBA, además de ostentar el récord de triunfos. Han llevado a los Spurs a lo más alto. Desde 1976, año en que ingresó a la NBA, solo se perdió en cuatro ocasiones el acceso a playoff, algo inédito en esta asociación.

En sus treinta temporadas en la NBA, los Spurs han logrado quince títulos de división, siendo el equipo que más títulos de este tipo conquistó.

Ginobili logró hacerse de cuatro anillos, cuestión que lo señala como un atleta de excelencia. En Estados Unidos, cuna de la NBA, dicen que Manu, o Manudona como lo llaman, es un posible candidato, de los pocos extranjeros que juegan en dicha Liga de Básquet, de poder entrar al Hall Of Fame.

Emanuel Ginobili es un guerrero, nunca se rindió y así son los frutos que dio su larga carrera que aún no parece terminar. Ya con 37 años, Emanuel David Ginobili -Manudona-, dio todo lo que tenía y más. Demostró ser un hombre de valor y con valores.

Ahora solo el tiempo dirá si el oriundo de Bahía Blanca seguirá una temporada más en la NBA y se despedirá del Seleccionado Nacional, o si se embarcará en una nueva aventura: lograr que sus mellizos sean Manudona y Manumessi, pero eso será otra historia.