Aviones: muy pocos y muy viejos

Sin dudas, la Fuerza Aérea fue uno de los orgullos que supo tener nuestra Nación en sus épocas doradas. Ya lejos han quedado esos tiempos del desarrollo de aeronaves como el "Pulqui" y el "Puca". Ahora nos encontramos con una situación desesperante, pues imagínense que los únicos cazas interceptores que tenemos son el "Mirage III", el "V Mara" y el "Iai Finger". En verdad que en su momento fueron muy buenos, pero estamos muy lejos de esa etapa; por no decir que en otro siglo y estos sistemas ya estaban por debajo de los 'Harriers' británicos en la guerra de Malvinas.

Además, no sólo por viejos es la crítica: el número de aeronaves que pueden volar, lo hacen gracias a la voluntad y esfuerzo de técnicos y pilotos, y es muy reducido e insuficiente para poder decir que Argentina puede tener control aéreo en su propio territorio.

El problema viene de antes

La situación de decadencia se remonta de antes de este gobierno. Luego de la guerra de Malvinas se complicó, porque la cantidad de sistemas se redujo debido a los caídos en combate, la retirada de servicio de los A4 y el proceso de recorte y sabotaje de nuestras fuerzas, que iniciaron cobardemente (como es su costumbre) potencias extranjeras.

Desde allí, lo único que se hizo en favor nuestro fue la producción de los excelentes aviones de entrenamiento 'Pampa', que siguen siendo uno de los pilares del entrenamiento de los pilotos y cuya única "modernización" fue la remotorización que elevó al status de "Pampa II" a algunos aparatos.

En materia de compra de cazas, sólo se puede nombrar de compra de alta envergadura la que se hizo, durante el gobierno de Menem, de los A4ar "Figthing Hawk", que no son más que A4 modernizados,  de los cuales algunos protagonizaron accidentes. Se los adquirió como un sistema provisorio hasta que se comprasen nuevos cazas, pero todavía seguimos esperando.

Esto es, señores, un pantallazo general de nuestra situación que es, por lo menos, preocupante. Al hablarse en los medios de incorporar cazas vemos que el problema está en realidad en la gente, cuya importancia le es demasiado ajena y lo consideran un "gasto innecesario" frente a otras necesidades. Es verdad que es fundamental mejorar las escuelas y hospitales, invertir en seguridad social e investigación científica.

Es cierto que el gobierno ha cumplido con algunos de esos puntos, como es el caso del éxito de INVAP y del desarrollo local de drones, como el "Lipan". Pero también la seguridad es imprescindible, si queremos tener orden y tranquilidad. ¿Acaso estamos bien si invertimos en educación, pero no podemos alejar a nuestros hijos de las drogas y el Narcotráfico?

En mi opinión, algo hay que hacer, y primero debemos cerrar puntos clave de entrada que son las fronteras. Es inadmisible la insuficiente cantidad de radares y de aeronaves que controlan la entrada ilegal de aviones con mercancía ilegal. Es precisa una ley de derribo, previa advertencia al piloto narco. Sólo así podremos frenar el avance de los estupefacientes y resolver más tranquilos desde el interior.

El tema de la FAA es un producto de incompetencia política y, más que nada, de desinterés. No suma votos la compra y modernización de nuestra flota aunque el propósito sea noble, debido a la ignorancia de nuestros ciudadanos y la falta de disposición en nuestra Nación. Por lo tanto, a los políticos poco les hace gracia gastar cifras millonarias en algo que no les suma, y las vuelcan en innecesaria y costosa publicidad.

La pregunta es, ¿hasta cuándo?

Será hasta que un día nos invada algún país o se accidente un piloto; será hasta que los ciudadanos se den cuenta que la tan gloriosa fuerza que hizo estragos con la Royal Navy está en peligro de extinción.

Sólo esperemos que no sea tarde.