Iker Casillas durante muchos años ha sido uno de los estandartes del Real Madrid, empezó bien jovencito y más de 15 años después de su debut en el primer equipo puede terminar su periplo en el merengue. A todos estos años deberíamos sumarle los años que perteneció a la cantera blanca, en suma, toda una vida defendiendo unos colores.

La cantera en el Real Madrid cada vez ha ido tomando un papel más secundario en un club que vive del éxito inmediato y que cada vez parece tener menos paciencia, este quizás será uno de los peores legados que dejará Florentino Perez en su paso por el club de Concha Espina.

En esta época Casillas ha sido de los pocos que ha aguantado el tirón y tras unas temporadas de lucha para ser el titular estuvo muchas temporadas siendo titular incontestable.

Éxitos con la selección española y con su club le hicieron casi blindar su titularidad, incluso con el visto bueno del club que no tuvo reparos en fichar a un suplente como Dudek para el que ya era un premio ser suplente en un club tan importante. Todo parecía estar en calma e incluso las crisis blancas parecieron no llegar a rozarle (había otros focos en la prensa y entre la afición como Raúl), hasta que llegó Mourinho...

El entrenador portugués tiene fama de duro, defensor del jugador pero que no se casa con nadie, fue el primero que vio como el rendimiento del considerado mejor portero del mundo iba en  línea decreciente, una lesión y las filtraciones que según muchos realizó un Casillas que tiene como pareja a una periodista deportiva, parecieron poner la guinda a un pastel muy amargo.

En esta ocasión el entrenador luso si que contaba con un portero que de verdad podía ponerle las cosas difíciles, Diego López no solo le puso las cosas difíciles a Casillas sino que se hizo con la titularidad. La afición dividida entre partidarios del entrenador y favorables al relevo en la portería contra los fieles a Casillas.

Al año siguiente siguió la pelea y cuando terminó la temporada se decidió que Diego López no continuase, fichando por un Milán que se fijo en las cualidades que pese a demostrarlas en Madrid pesó más la historia de un Casillas que este año ha tenido la titularidad frente a Keylor Navas pero que ha desesperado en ocasiones con sus errores y un sector del Bernabeu  no le perdona cosas del pasado.

Cualquier portero se marcharía a otro club, pero entre el generoso contrato y la comodidad de un hombre que juega en su club de toda la vida, Casillas no pondrá las cosas fáciles a un Madrid que ve su continuidad como un problema pero que tendría que pagarle para que se marchase entre 25/30 millones de euros brutos. De Gea es el deseado por un club que vive del presente y que además de su bajada de rendimiento ve como la buena estrella de Iker se ha ido apagando.