Debido a lapresencia de un año electoral, los discursos de los candidatos, sea al nivelque sea, nos llegan inevitablemente. En algunos de ellos, la mayoría a mientender, escuchamos frases como: “Buscaremos la unión de los argentinos”,“queremos lograr la reconciliación del pueblo”, “vivimos en una división socialque hay que cerrar”, “peleándonos no generamos nada”, “queremos volver a laArgentina unida”. Es decir, lejos dedecirnos en qué piensan cambiar nuestras vidas, buscan, y hasta logran, la empatíaa través de la movilización de emociones.

Creo que es unamentira.

En primer lugar, porque históricamente la Argentina demostró diversasmaneras de ver las cosas. La división entre los argentinos no es algo de ahora,como pretenden instalarlo los candidatos. Esto siempre ocurrió, es suficientecon leer cualquier libro de historia de nuestro país. Para ejemplificarsuperficialmente: unitarios y federales, Unión Cívica y Estado (Revolución delParque), peronistas y radicales, etc.

En segundo lugar, y reflexionando sobrelo primero, la política está hecha de divisiones. Es así. La política es verlas mismas cosas de miles de formas. Por lo tanto, la política es un espacioentre adversarios. La falta de consenso, citando a Chantal Mouffe, es inherentey constitutiva de la política.

¿Qué pretenden loscandidatos? El poder. Observan que se logra con la obtención del Estado.Quienes acceden a él pasan a ser los que dominan al resto. Existen algunosarriba, con sus intereses, y la mayoría debajo, con los propios. La “Argentinaunida” no es posible. Lo que no significa que debe verse como algo lastimoso,penoso, sino real, porque la política es conflicto.

Ideal sería que quienesconsigan el poder otorguen igualdades a través de una justicia social alpueblo. Pero este tema ya implicaríaotro artículo.

Por eso, creo quedebemos aceptar que terminar con “la grieta” es un discurso engañoso y que loque realmente quieren es estar en el poder y establecer su superioridad porencima de la mayoría. La grieta no percibe un final. Este es el juego que nos da la “democracia” de hoy.