El sábado pasado se realizó una nueva edición de la ya tradicional marcha a favor de la despenalización de la marihuana. La misma contó con una gran concurrencia y año tras año se va haciendo más numerosa. Es esta la cuestión que nos lleva al debate: ¿debe ser despenalizado el consumo?

Hay varios aspectos a considerar. Por un lado, el flagelo del narcotráfico. Es cierto que despenalizándola se lograría sacar de juego, al menos en este terreno, a los dealers. Pero, de igual forma, uno puede suponer que despenalizando todas las drogas, tampoco habría narcotráfico y, no por ello, se solucionaría el problema.

A todas luces, este, resulta un círculo hermenéutico.

Por otra parte, los consumidores afirman que hay toda una estigmatización en torno a la planta y sus consecuencias en el organismo. Por caso, en un día normal, una persona puede fumar ente uno y tres cigarrillos de marihuana excepcionalmente, mientras que de tabaco, droga legal y de mayor consumo, se pueden llegar a consumir hasta tres atados de cigarrillos, lo cual daña considerablemente los pulmones. De hecho, una estadística confirma que son mayores los casos de muerte a causa de alcoholismo y tabaquismo que los relacionados con la marihuana.

El tema de la adicción es también central en este debate. Los consumidores de la planta afirman que la misma no genera adicción, por oposición a las críticas de sus detractores.

No es el caso de otras drogas como el ya mencionado tabaco, o el alcohol. Sin ir mas lejos, la comida puede resultar adictiva para algunas personas y no por eso se debate su legalidad.

Otro cliché entre los detractores a la marihuana relaciona a la planta con la delincuencia. Razón esta, por supuesto, desmentida por sus consumidores.

Los mismos argumentan que una persona drogada no podría salir a robar y, que si así fuera, no sería el hecho de haber fumado el que lo incite a delinquir.

Asímismo, argumentan los consumidores, que la marihuana de mala calidad es la más nociva para la salud. El llamado ''prensado'' o ''paraguayo'' es fruto del narcotráfico.

De estar legalizada la droga se podrían consumir ''flores'' de la planta, que resultan naturales y no dañan, en gran medida, la salud.

Mucho tiene que ver el pensamiento heredado e inculcado en la infancia de quienes se oponen a la despenalización del consumo. Durante la década del '70, fueron muchas las campañas que relacionaban a la droga con la subversión en la Argentina. La famosa doctrina de la seguridad nacional, importada desde los Estados Unidos y, adoptada en la Argentina por el gobierno de facto, instaló en la sociedad la lucha contra el terrorismo y se encargó de relacionarlo con el narcotráfico, construyendo así la imagen de un enemigo para la Nación.

En el capítulo primero, ''Casi todo podría ser de otra manera'' de su texto ''No es natural'', Vicent Marques destaca la importancia de la sociedad en la que uno nace a la hora de entender al mundo.

Por caso ''La sociedad nos marca no sólo un grado concreto de satisfacción de las necesidades, sino una forma de sentir esas necesidades y de canalizar nuestros deseos'', dice el sociólogo. De este modo uno puede comprender las distintas miradas acerca de la despenalización de la marihuana, comprendiendo tanto a las personas como a sus contextos. Es decir, seguramente no tenga la misma opinión una persona que nació en Temperley que una oriunda de Recoleta.

El debate está planteado, hay un proyecto de ley y una multitud que lo acompaña, así como también otra multitud, no menos significativa, que lo rechaza. Entonces, ¿de qué lado estás?