Las nuevas herramientas que la ciencia desarrolla van cambiando las formas y los medios, al menos parcialmente, en las que nos comunicamos con el resto de las personas. Facebook, twitter, son algunas de ellas, como así también las tecnologías de celulares y las facilidades para acceder a las mismas. Podemos entablar un dialogo de forma particular, o también grupal, con nuestros allegados, sin embargo ¿Cómo accedemos al conjunto de la sociedad en la que vivimos? ¿De qué clase de cosas somos emisores y de cuales receptores?

La facilidad con la que cotidianamente accedemos a la posibilidad de comunicarnos con el otro sin movernos físicamente de lugar, genera en nosotros la capacidad para entablar relaciones con más personas, al menos virtualmente.

Pero esta potencialidad que nos otorga la tecnología puede ser perjudicial cuando se confunden los medios con los fines.

Lo real está en declive para una sociedad donde menos se piensa y más se hace lo que otros dicen. Al pensar la virtualidad de la red nos encontramos en que faltan factores comunicacionales dotados por nuestros sentidos, y todo lo que se relaciona con ellos ya que forma parte de la inter-subjetividad que se da con el otro en el logos, es decir dialogo o monologo. Los monitores, las pantallas de celulares, los televisores, están pensadas para el deleite visual decayendo los olores, también el tacto y el gusto. El sonido al menos no fue dejado de lado, al menos parcialmente.

Sin entrar en detalles diremos solamente que las imágenes de las pantallas no contienen la perspectiva del conjunto que nos brinda la vista, ni el sonido que se escucha es proviene de distintos puntos sonoros.

Mientras más nos preocupamos de lo que sucede en Internet, si no sabemos diferenciar los límites entre lo que se desvanece y lo que se mantiene, sino nos enseñan, estaremos viviendo en una zona infra mundana, donde todas las relaciones mundanas quedan disminuidas por la reducción de la virtualidad.

Que el medio no se convierta en un fin, que las herramientas no dejen de ser utilidades para convertirse en deseos.

El pueblo es reducido aún más en la red. La sociedad es inubicable en la web, se disuelve en el océano informático como si se hundiese en las profundidades de lo inalcanzable. Nos podemos imaginar una cadena nacional vía Internet, acaso también una llamada al celular de todos nosotros, como cabe la posibilidad mensajes por distintas vías dándonos a conocer la importancia de lo que va a venir, pero no ya solo por el presidente del país, también por otros poderosos, es decir por aquel que tenga acceso a los mismos y pueda, él sí, ubicar al pueblo desde aquí.

Y esto ya sucede, solo hay que tomarse el tiempo para analizar lo que nos rodea.

Entonces en Internet se encuentra al pueblo, para quien tiene el acceso más veloz y llega a todos al mismo tiempo, sin ninguna red social que quite el anonimato, donde el poder es la capacidad de acceder a la sociedad en su conjunto de la manera menos parcial posible, algo imposible por los medios comunes que conocemos. En conclusión, las nuevas tecnologías son herramientas distintas para los poderosos que acceden de otras formas a la sociedad, y pueden emitir sus discursos a todos, mientras que para nosotros es apenas imaginable como podríamos acceder a todos en su conjunto, estando con respecto a la sociedad, solamente como receptores.