Cosas que pasan, que suceden a medida que uno se veinvolucrado. Involucrado en lo que pasa día a día, en la cotidianidad de miciudad, de la ciudad que uno ve en Argentina, Buenos Aires. Más específicamenteen la Capital Federal, barrio de Caballito, Villa Crespo, Recoleta, Palermo,Microcentro. Todas estas palabras que representan a una cuantiosa calidad decalles y avenidas que pasa uno sin ser visto o casi sin palabras en el Metrobús, en las idas y vueltas de los autos, entre los colectivos en bicicletao sin pagar peaje en panamericana. Quién sabe: lo que uno encuentra es cosa deuno y lo que uno ve no es cosa de cualquiera, no todos ven lo mismo.

Ninguno velo mismo que el otro a menos que se vea.

Un viaje al interior del Amazonas, Bolivia o Perú, quien sabe como llamar aesa cuantiosa calidad de verde paisaje, de árboles que tranzan con el sonido ycantos solemnes, alegres y místicos de la selva los cuales son llamados, precisamente,Ícaros. Los ícaros del amazonas, y así son también las voces, suenan a ícaros,un idioma incomprensible, un idioma medio extraño los nativos de esa espesamaleza cantan y toman ayahuasca como si fuera nuestro ritual del medio. Como sifuera para nosotros hacer tres meses de dieta pero… para, un momento, que esuna dieta para quienes viven en las ciudades y que es una dieta para quien viveen pleno monte entre cascadas y pájaros que quien sabe como ni donde llegaronallí y quien sabe de un mono que sonríe, sonríe sagrado, sonríe feliz deabrazar o trepar o vivir junto a los árboles y así es como vemos la realidad,sangrando en pantallas gigantes, observando el panorama real de lo que nossucedió en otra galaxia y en otro tiempo.

El hecho de vivir en ese instante paralizándonosy observando una película, una de cantos, de ícaros, de palabrasinconclusas pero que dicen más de lo que realmente sabemos, porque, ¿qué es elcanto? ¿Qué es para nosotros la música? ¿Qué es para nosotros la vida y que representa?Un momento sagrado, solemne y lleno que nos hace olvidar todo lo bueno y todolo malo, y nos representa a nosotros.