¿En que momento el intelecto de las personas fue marcado por una simple caja de plástico? Desde chiquitos nos enseñan que mirar mucha televisión hace mal, pero nadie nos da el porque. Cada casa, en Argentina, tiene un promedio de 2 televisores. Algo así como, en una familia promedio, dos personas por TV. 

Hoy prendes el aparato y tenes miles de opciones. Desde deportes, hasta cocina, desde política, hasta cultura. Esto es, algo positivo, al menos desde la teoría.  En cambio, la gente hoy en día, no ve a la programación como un medio de entretenimiento, sino como una verdad absoluta.

Los noticieros, que como su nombre lo indica, son los encargados de dar a conocer las noticias, las encaran de un solo lado. Será el lado que mas vende, pero no siempre es el correcto. Y cuando no es así, ¿quien se hace cargo de lo antes publicado? ¿quién paga el daño moral y social que se le hace al supuesto acusado? 

Cuantas veces vemos en casos policiales, que el acusado que durante días fue asechado y escrachado por todos los canales de televisión, sale en libertad por que nada indica que él había sido el culpable? Y no solo en casos policiales. En el deporte tanto como en la política, el acusado sufre un acoso de su imagen y persona, que nadie revierte a pesar que no haya pruebas en su contra y la gente común, consume y cree en eso que se dice. 

La sociedad sufrió un cambio, ya no piensa su propia idea, sino que repite la de los medios que forman opinión. Personas que aceptan y creen en otras personas que, por el solo hecho de estar en un medio masivo, son dueños de la verdad. 

Que distinto seria, si esas personas fomentarán otro tipo de televisión ¿no? Si no se publicará para obtener más puntos de raiting, o la noticia más polémica y se buscará reeducar a la sociedad. Porque es claro que el problema de la sociedad es la Educación, por eso los programas número uno son los que, menos hacen funcionar la cabeza. Mujeres sin ropa midiendo treinta puntos de raiting, no se explica de otra manera. 

Confío que en algún momento nos demos cuenta, que el hecho de no usar la cabeza, de creer lo que dicen los portavoces, de no analizar los diarios, solo hace que nos dominen más fácil. Un pueblo que no piensa, es un pueblo fácilmente es esclavizado. Si queremos un cambio, hay que pensar un poco mas, y creer un poco menos.