El pasado 16 de junio, la estrella futbolística de la selección chilena, Arturo Vidal,  tuvo un accidente con su Ferrari por conducir alcoholizado.  El trasandino chocó contra otro automóvil, en el kilómetro 25 del acceso sur a Santiago de Chile. Constataron desde el Hospital Buín que nadie  había sufrido heridas de gravedad.

Luego del control médico, el futbolista chileno fue arrestado y, tras una noche en el calabozo, lo liberaron con una retención del carnet de conducir por 4 meses.

Qué dice la ley chilena

Desde 2012 está en vigor la Ley de Tolerancia Cero, que consiste en aplicar restricciones al conducir con alcohol en sangre.

La ley establece una tolerancia entre 0 y 0,3 gramos de alcohol en sangre, mientras que entre 0,3 y 0,8 se considera "bajo la influencia del alcohol" y mayor a 0,8 es "conducción en estado de ebriedad".

Considerando el caso del delantero chileno, que tenía 1,1 gramos de alcohol en sangre, debería ser sancionado con prohibición para conducir por al menos dos años. Pero, sorprensivamente, fue sancionado con sólo cuatro meses.

La Fundación Emilia, que se dedica a asistir a las víctimas de accidentes de tránsito, levantó un comunicado para la prisión preventiva del jugador alegando que no era un Accidente, "Esto no es un accidente vial, pues el jugador conducía con 1.1 de gramos de alcohol en la sangre y eso debemos entenderlo como un crimen vial".

¿Sanción deportiva? ¿Para qué?

El goleador de la selección chilena tiene la suerte de su lado. No fue apresado por cuatro meses, como suele suceder en este tipo de accidentes en el país vecino. Obtuvo una pena menor en cuanto a prohibición a conducir y tampoco se fue sancionado deportivamente.

Podríamos pensar que un incidente fuera de los límites deportivos no debiera influir en su desempeño profesional, pero también podríamos pensar en su responsabilidad como figura pública.

Parece que Sampaoli a la hora de considerar la sanción al jugador, tanto por conducir alcoholizado como por llegar tarde tras su día de descanso, se fijó en su desempeño profesional; en lo indispensable que era para seguir jugando en la Copa América. Pero, ¿un jugador es sólo eso?

Un jugador, de cualquier disciplina, despierta admiración, pasión, emociones, identificación con los héroes de la cancha y, por esa razón, tiene responsabilidades dentro y fuera de los 90 minutos del partido.

Lo busquen o no, son referentes en la sociedad, son figuras públicas que, por tanto, responden públicamente por sus actos.

Definitivamente para el Director Técnico de la selección chilena lo que vale son los goles. Yo creo que valía más sancionarlo y dar el ejemplo.