Últimamente se sueleestigmatizar a las personas por oficialistas “ah, vos sos K” oanti oficialista “ah, a vos te lleno la cabeza TN”.

En este país tan rico deculturas, de pueblos originarios, de pensadores e intelectuales, derevolucionarios y de gente trabajadora, tenemos que lamentar unaguerra mediática en la cual el pueblo se encuentra en medio delfuego cruzado.

La ley 26.522 llamada leyde medios promulgada en el 10 de octubre del año 2009 que establecelas pautas que rigen el funcionamiento de los medios radiales ytelevisivos de la Argentina, fue el caballito de batalla de lapolítica kichnerista con respecto a los medios de comunicación.Estos mismos son los formadores de opinión publica y son los que nos mantiene informados (opinemos o no).

El problema se suscitacuando las partes en cuestión, el grupo Clarín y sus medios decomunicación masiva y el gobierno con sus medios de “publicidadoficial masiva” ,osea, la Televisión publica, se disputan laverdad de la “realidad”, básicamente los cercano a la realidadde esta información , lo fehaciente a los datos de la misma ysobretodo el objetivo, informar o todo lo contrario, desinformar.

Según el gobierno elgrupo Clarín tiene como misión la difamación de sus políticas ymodelo de estado , la denuncia mediante investigaciones periodísticasde los integrantes que conforma el oficialismo, ademas se recalcalos lazos de este grupo con la ultima dictadura militar, entre otrosargumentos.

Por parte del grupo Clarínsus argumentos son: La falta de libertad de prensa después de laley, la perdida del monopolio mediático, las políticas en contra deellos, entre otros. Hasta ahí nada que no conozcamos, ahora, elproblema se suscita en la manipulación de información que llega anuestros hogares. Tristemente es como un película trágica y a lavez cómica, por que uno dice que todo va mal y el otro que todo vabien, aunque todos sabemos como estamos y como podríamos estar, solobasta con salir a la calle y ver con los ojos de uno la verdad denuestras calles, ciudad o país.

Estos medios sin importarel bando en el que se encuentren, manejan, dibujan, inventan y sedifaman unos a los otros. Esta maliciosa actitud nos divide como sociedad.

Lo lamentable de estasituación es que algunas de las personas, que por diferentesrealidades, no tienen las herramientas suficientes como para poderfiltrar y contrastar esta información quedan vulnerables a estosactos de manipulación de la opinión publica y de la actualidad quela nutre, esa es una herramienta utilizada en las políticasfascistas de principios de siglo pasado que continúan vigentes, nosolo en nuestro país.

Hasta cuando seguiráesta triste realidad? hasta cuando nos seguirán tratando comosujetos ignorantes?. Deseo de todo corazón que esta guerra terminepronto y podamos tener un periodismo sin bandera, por amor a lalibertad de expresión, por dejar de lado los intereses partidarios ohegemonicos y ponerse una única bandera que nos representa comopueblo, la nuestra, la Argentina...