Podría haber titulado Frente Recaudador o Frente Recauchutador y diagramar unos cuántos memes, pero para eso están las redes y los creativos. En este caso, toca repasar la coherencia y la consistencia como valores dentro de la política. El lector encontrará donde ubicar cada una.

La génesis de ésta columna no debe ser malinterpretada desde la virulencia, aún no sabemos la decisión final de Sergio Massa y de su partido de cara a la elecciones. Está claro que durará poco esta nota. Anoche, en San Miguel, fue la cumbre donde se tomó la decisión que comunicará sobre el cierre de la fecha.

Luego de los más de 4 millones de votos que sacó el Frente Renovador (o Racalculador) en el año 2013 se catapultó como la primera fuerza opositora al kirchnerismo hasta la decisión del PRO de jugar en las elecciones nacionales. La promesa de 100 intendentes y otros tantos gobernadores posicionó a Massa como el dirigente político con posibilidades a suceder a la presidenta. Incluso, con algunos amigos mencionamos esa posibilidad en aquel tiempo. Por suerte, nadie resiste un archivo.

Claro que aquella cantidad de votos y la segura no continuación de Cristina Fernández de Kirchner obligó al peronismo no oficialista -pasen todos los que quieran pasar- a instalarse detrás del líder del partido aún a costa de compartir espacio con viejos barones, radicales, socialistas, vecinalistas y todos los "istas" posibles.

Ante la inminente conformación de las fórmulas para las elecciones, urgidos por puestos y lucha territorial, los principales fundadores y dirigentes del Frente Renovador (Recalculador) abandonaron el espacio. En otros casos, como Francisco De Narváez, para facilitar la conformación de una oposición que pueda ganarle al kirchnerismo.

Poco de cierto, luego del escándalo que tuvo con la agresión al periodista, otra opción decorosa no le quedaba.

Más allá o no que se efectivice una alternativa con el PRO, no debemos olvidar que la avenida del medio en la Argentina es un espacio muy volátil, difícil de sostener desde el discurso y mucho menos desde la programática cuando sólo se buscan votos.

Hoy está en debate la finitud del espacio o el ajuste para no perder poder. No hizo más llano el camino, ni más claras las ideas, esto lo llevó a la decadencia. O viceversa.

¿Acaso no perciben que con esta sangría le son funcionales al kirchnerismo? Ya mismo desde el planteo "si no nos unimos, gana Cristina" instaló en la sociedad (y en las encuestas) la polarización que ellos mismo critican. Nunca es tarde, recalculando…