Alemania: Un trabajador de Volkswagen murió tras ser aplastado por un robot, reza la noticia internacional del día de hoy, aclarando luego que era un joven obrero de la fabrica de motores eléctricos de Baunatal. Este hombre de corta edad fue golpeado por un robot y luego aplastado contra una chapa.

Hasta aquí parece una triste noticia de una falla tecnológica producto de la inexperiencia o de una falla técnica, que la justicia está investigando. Pero si aprendemos a leer lo social con cierta empatía, sin temerle al sesgo humano que ello conlleva, la noticia marca datos impecables de como estamos hoy siendo reemplazados por máquinas, pero no robóticas, sino máquinas humanas.

Nos estamos volviendo mecánicos, austeros en movimientos y sentimientos, incapaces de reflexionar, metódicamente correctos, eternamente jóvenes, por lo tanto vivimos en una inmadurez permanente, fría y hasta cruel, maquinando situaciones para no morir, y soslayando la vida en este intento.

Las grandes empresas optimizan tiempo, pero falsifican la experiencia con la juventud. Si tenes más de treinta sos anciano y ya no vas a ser contratado, si tuviste fracasos sos descartable, ni hablar si no hablás inglés, chino, portugués y algún otro idioma asiático. Así llegamos al evento de hoy, con una muerte previsible,  si la experiencia estuviera accionando el robot, si el compañero que miraba y se salvó hubiese hablado en su idioma de origen en lugar de paralizarse, si la línea de producción no fuera tan aburrida que casi lleva al letargo a aquellos que operan las máquinas, porque no hay emoción, ni pasión por lo que hacen.

Sobreviven en un mundo robotizado dentro y fuera del  ámbito laboral, con gobiernos que son esqueletos de poder inagotable que no piensan en los ciudadanos, pero esqueletos del mejor acero inoxidable, familias que solo se ven una o dos veces por semana "acopladas", "desdobladas", en serie fortuita de acuerdo al aguante de la pareja que no es superior a los diez años.

Se perdió el valor de lo añejo, del amor, la ira, la frescura, el dolor. Hoy todo debe sentirse poco, muy poco, para no sufrir, para no crecer. Y si la humanidad de tu cuerpo te hace arrugas, te estirás tantas veces como seas necesario, aunque tu cara ya no sea humana, aunque parezcas un maniquí, o un robot. Porque la vejez, trae experiencia, la experiencia se paga, la experiencia piensa, la experiencia motiva a otros porque enseña, la experiencia es peligrosa.

En Alemania hoy, murió un joven, pudo evitarse.

¿Podremos evitar la muerte anunciada de la humanidad?. Tal vez el ordenador en el que tipeo tiemble, porque sin miedo escribo sobre algo más que metal y plástico, tal vez si leés te acuerdes, qué color es la sangre que te corre. Como a mí, como al chico muerto, porque la vida que se pierde también es tuya. Es tu pérdida cada vida es una pérdida universal.