Alcanzó notoriedad pública, si es que vale expresarlo así, luego que se viralizó en las redes sociales un video en que se muestra de manera elocuente que mantuvo sexo oral, a cambio de su subsidio y pedido de trabajo que le formuló una mujer. El funcionario K fue el secretario de Desarrollo Humano de la pequeña localidad de General Campos, cercana a Concordia en Entre Ríos, es Exequiel Pintos, quien luego del execrable escándalo renunció al cargo.

En su cuenta de Facebook, explicó que "cayó a causa de una trampa que le tendieron" y afirmó que fue "víctima de un chantaje, al que no accedió".

"Como verán no estoy pasando un momento muy agradable en lo personal y familiar, estoy muy apenado, he caído en una trampa, estos últimos dos días he sido víctima de amenazas, hostigamiento y chantaje al cual no accedí" concluyo el funcionario.

Es de grandes hombres reconocer el error y con esa misma hombría tome la decisión por una cuestión ética y por resguardar la institucionalidad del municipio de renunciar al cargo que se me otorgó", señaló. En un vano intento por querer desapegarse del escándalo pidió disculpas a la "militancia, a su familia y esposa" y advirtió a la "militancia" a tomar los recaudos necesarios, para que puedan "seguir caminando", tomando debida nota de las necesidades de los vecinos.

En obvia alusión a la oposición política afirmó que hay "que llevar propuestas y no este tipo de cosas", tras reiterar que "se sentía apenado". La mujer en cuestión filmó el video (sic). Sus datos filiatorios no fueron difundidos.

Sin embargo, el hecho deleznable obliga a formular algunos interrogantes. ¿Cayó víctima de una trampa, porque el se hizo público?, o bien ¿esa era una práctica cotidiana de su accionar al frente de la secretaría en cuestión?

¿Será que ante la necesidad cualquier alternativa es válida? ¿Serán responsables de un video irrefutable los grandes medios de comunicación que no comulgan con los postulados del Frente para la Victoria?Seguramente, cada quien formará su propia interpretación y sacará conclusiones.

El ahora ex funcionario es indefendible.

Siempre se supo, en el imaginario popular y en relatos de víctimas, que estas cuestiones de pedir sexo a cambio de favores no son nuevas. Nunca se probaron en el pasado, pero en esta circunstancia no existe forma alguna de disimularlo, ni echar un manto de culpas a los otros.

Obviamente, Pintos forma parte del tándem que aspira de manera permanente a obtener el beneplácito y bendición del Papa Francisco. Tampoco importa quién o quienes lo publicaron. No sea cuestión que se quiera matar al mensajero y no castigar al destinatario.

Alcanza un inmedible signo de hipocresía hablar de "operatorias políticas", cuando el autor ya ha sido visto por decenas de miles de visualizadores en Internet.

No puede tenerse presente si es real o no que el propósito "oculto de la mujer" haya sido "pedir dinero para pagar cuentas. Lo real es lo que él y muchos otros, aún no descubiertos, hacen valiéndose de cargos y dinero públicos para satisfacer sus propios apetitos.

No puede victimizarse porque es oficialista y si el portal Entre Ríos /Noticias o Perfil.com son críticos al Gobierno. Su moral habla de "una trampa" por la publicidad del hecho, no porque no haya ocurrido. Reconoció su culpabilidad y punto.