La noticia da vuelta el mundo: por segunda vez, el narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa, se fuga de la cárcel.



Nuevamente se deja en evidencia que el poder del narcotráfico es superior al de los gobiernos. Desde 2006, México viene desatando la "guerra" contra las Drogas sacando a todo el ejército a la calle. Esta guerra ya lleva mas de 150 mil muertos, entre ellos muchos civiles, y no ha cumplido con su cometido: el narcotráfico no retrocedió ni un centímetro. De hecho se podría argumentar todo lo contrario, la ciudad de Juárez por ejemplo, se convirtió en la ciudad mas insegura del mundo.





"Si quieres resultados diferentes no hagas siempre lo mismo" decía Albert Einstein. La mafia del alcohol de los Estados Unidos en los años 20, no se terminó cuando cayó Al Capone, se terminó cuando derogaron la Ley Seca. Miles de traficantes de alcohol pasaron a ser legales y a contribuir con impuestos. Pero lo mas importante: se acabó con la violencia delictiva relacionada al contrabando de bebidas alcohólicas. 



Este problema requiere el mismo tratamiento. Por un lado, desde el punto de vista moral de las libertades civiles, el consumo es una responsabilidad personal que, como tal, debe ser asumida del mismo modo que el de otras drogas como el alcohol y el tabaco. Y por otro lado, desde el punto de vista práctico.

No importa cuantos Pablo Escobar o Chapo Guzmán sean atrapados, el problema va a continuar. La única solución frente a esta problemática es la Legalización de las drogas. Pero legalización de verdad, no "despenalización", porque eso solo descriminaliza a los consumidores y mantiene lo mas dañino que son las estructuras del narcotráfico.

Para que esto sea efectivo la legalización debe abarcar toda la cadena de producción y comercialización. En vez de carteles disputando a punta de pistola el negocio, podemos convertirlo en competencia empresarial, gravando la actividad con impuestos para hacer escuelas, hospitales e incluso centros de adicciones. Los gobiernos no solo dejarían de gastar millones en perseguir la actividad, sino que ademas, estarían obteniendo ganancias para volcarlas en sus sociedades. Tal como sucedió con el fin de la Ley Seca en Estados Unidos. Es así como se termina con el narcotráfico.