La selección argentina perdió la final de la Copa América y todos los ojos apuntan al mejor del mundo. Lionel Messi es, una vez más, el foco de todas las criticas de los argentinos . Al parecer, no puede torcer su historia y disfrutar con la celeste y blanca. Sufre, sufre tanto que ya es una tortura. 

Es que Messi es un pecho frío, no rinde igual que en el Barcelona.No se puede pasar a  cuatro jugadores y después pegarle de afuera como hace allá. Acá no lo sale nunca nada. Es un pecho frío porque no canta  el himno, no se lo debe saber. Es un pecho frío porque camina la cancha en las finales.

Es un pecho frío, seguro está pensando en irse de vacaciones, la Copa América no le importa.

Lo quieren comparar con Maradona,  pero la verdad es que no le llega ni a los talones. No te abre la boca adentro de la cancha. Es muy tierno para ser el capitán de la selección, la cinta de capitán no la tiene que llevar él. Si es mudo,le falta picardía y sobre todo, rebeldía.

Además en España no juega contra nadie. Los defensores son una especie de conos de entrenamiento. Seguro que no lo marcan porque lo respetan mucho. Le convierte goles sólo al Levante y al Getafe,  pero después en los partidos que tiene que aparecer brilla por su ausencia. No le dio nada a la selección, por mí que se vaya y no vuelva nunca más.

Que se quede en el Barcelona, no me siento identificado con él.

Qué difícil es ser el mejor jugador del mundo. Pero algo mucho más complejo aquí en la Argentina, es ser reconocido. No hablo de todos, si no de un grupo considerable de personas que esperan que a Messi le vaya mal. Están ansiosos por verlo jugar mal y decir: "te lo dije, es un pecho frío" " A este lo comparan con Maradona", Yo soy de los que piensan que es un orgullo verlo jugar todos los domingos.

Le agradezco a Dios se contemporáneo a un monstruo, a un fuera de serie. Pienso que, lastimosamente, Messi es argentino. El país más exitista del mundo, donde se puede pasar del cielo al infierno en tan solo segundos. Donde te miran con un ojo crítico esperando el error. 

Lionel no le debe nada a Argentina. Se fue con 13 años a España porque su propio país le dio la espalda.

No tenía plata para bancar su tratamiento y gracias al Fútbol pudo hacerlo. Sin embargo, cuando tuvo que decidir eligió venir acá a pelearla y a sufrir. Nosotros le pagamos así, con insultos. Hacemos lo posible para asegurarnos de que no quiera venir más. 

A veces pienso que hubiera pasado si Higuain hubiera convertido el gol en la final frente Alemania o si Palacio definía por abajo. ¿Sería mejor que Maradona? ¿Un gol hubiera cambiado para siempre su vida y la mirada de todos los argentinos? Probablemente la respuestas a todas estas preguntas es un sí. Hoy estaríamos hablando de otra cosa. Tan sólo con un gol, Messi se hubiera consagrado como el mejor de todo los tiempos, porque claro, ahora sin haber ganado un Mundial no lo es.

 Debemos una vez por todas salir de esa comparación absurda con Maradona. No tiene sentido alguno sin embargo, muchos que se consideran fieles al Diego, levantan la bandera de guerra y se felices cuando lo ven jugar mal. Cada uno fue el mejor en su época, tan simple como eso.

Hay que aprender a valorarlo y agradecer que por suerte es argentino. Que además de romperla dentro de un campo de juego, tiene valores admirables que lo convierten en un verdadero ejemplo a nivel mundial. Ojalá cambiemos nuestra cabeza como sociedad, de lo contrario seguiremos diciendo: Messi es un pecho frío.