Todo final de Gran Hermano se caracteriza por un telón de cierre muy particular: un manto de fraude se posiciona sobre el reality show. El gran triunfador siempre decepciona, y esto fue lo que ocurrió anoche. Hoy Twitter estalla con sospechas que le robaron el triunfo a Matías Schrank, la gran revelación que tuvo el juego de supervivencia.

“Schrank es el verdadero ganador” es TT (Tredding Topic) desde que Francisco Delgado apagó la última luz de la Casa. Las Plagas, esa legión de fanáticos del misionero, son los que levantan esta pancarta virtual, seguros que fueron estafados por la producción del programa.

Estos fieles seguidores de Matías –que recuerdan mucho a “Los Talibanes” de Cristián U- supieron ser un jugador más en la competencia. De allí su fe ciega y su indignación por el inesperado resultado: el 52,7 por ciento de los votos fueron para el ex de Gisela Bernal. Una cifra demasiado fina.

Y no sólo las Plagas fueron asombradas. No, también algunos periodistas, que se animaron a pronosticar el gran triunfo de Schrank. Quizá esta fe ciega que había en el medio y en el público fue lo que le jugó en contra al misionero.

Todo show está conformado para satisfacer al público, pero también para asombrarlo. Lo inesperado es lo que atrapa. Y seamos sinceros: hace rato que GH 2015 no tenía este efecto.

La vuelta de Matías a la Casa era algo que muchos daban por sabido. Ni hablar de los demás sucesos que rodearon a los demás participantes.

Señalando meses antes como el gran ganador, no había espacio para que se generara “la magia” del final. Matías tenía que quedar cabeza a cabeza el segundo favorito y perder. Como había sucedido cuando quedo mano a mano con Brian Lancelotta, una caída que convirtió a un cero (0) en un 10 que generó temor en los demás ocupantes de la casa.

También tendría su peso la denuncia que había lanzado el padre del misionero, cuando molesto porque no pudo ver a su hijo denunció que había un arreglo con la producción. Un voraz comentario que –por suerte- no tuvo consecuencias directas en el jugador. Al menos no inmediatas.

Mucho se puede decir y especular sobre la derrota de Matías frente a Francisco, el triunfo del famoso sobre el chico desconocido que quería cumplir su sueño de gloria.

Las sospechas después de una derrota siempre estarán, y ahí está lo fascinante del juego. Después de que se apagó la luz final, siguen fiel a los personajes.

Así, lo único que queda claro es que “Schrank es el verdadero ganador” porque se consiguió lo que ningún participante de GH 2015 consiguió: Las Plagas, esos fieles que hicieron y –seguramente- harán fuerza para que el misionero cumpla su sueño. Sin sombras de acomodo ni escándalo de por medio.