Mientras el Ministro de Modernización Andrés Ibarra anunció que no se descartan más despidos en el sector público y en Hacienda fue designado como Subsecretario de Financiamiento el actual director del Deutsche Bank y ex vicepresidente del JP Morgan, Santiago Bausili, el camionero Hugo Moyano aceptó la propuesta del Presidente de que las paritarias giren en torno al 24/28% y le prometió que la CGT no adoptará ninguna medida de fuerza.

Sin cuestionar el crecimiento del desempleo público y privado y la fuerte inflación que atenta contra los trabajadores, con el aval de los “gordos” de los grandes gremios de servicios, incluyendo por supuesto los camioneros, y de los “independientes” encabezados por Antonio Caló, acordó con Macri que -a cambio de no contrariar al Gobierno- las obras sociales gremiales pasen a manejar arbitrariamente $ 26 mil millones del Fondo Solidario de Redistribución.

Según publicó el diario Ámbito Financiero, convinieron que Mauricio dé a conocer el 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa un proyecto de reformulación total de Ganancias -con una suba del mínimo no imponible de por lo menos 30 mil pesos- acompañada de una corrección de escalas-, más el alza y universalización de las asignaciones familiares.

A Moyano le interesa especialmente sacarle al Gobierno el dominio de la cifra multimillonaria de las obras sociales sindicales, una medida que beneficia de inmediato a los grandes gremios como Comercio, Sanidad, Construcción y Camioneros.

En tanto, Macri ganó el apoyo del arco sindical que abarca más capacidad de movilización y protesta social. Los que no están con Moyano, como la CTA, lanzará un paro el 24 de febrero. Lo cierto es que cada gremio no aliado al camionero se tiene que defender solo a la hora de reclamar la restitución de puestos laborales y de una mejora salarial.

Otro pacto al que arribaron en una reunión a solas que se realizó en secreto la semana pasada, sería que se concreten paritarias cada seis meses y que Hacienda –luego de la firma de las primeras - estudie la posibilidad de otorgar una suerte de compensación no remunerativa “en caso de que surja un desfasaje inflacionario”.

La suma se fijaría por decreto, o bien cada gremio arreglaría un monto con la patronal. Macri le pidió expresamente que las discusiones salariales no pasen este año del 20% al 25%.

El líder de la CGT le habría manifestado que presionará a sus aliados para que bajen sus exigencias; de hecho, los dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), que integran los camioneros, los colectiveros de la UTA y los maquinistas de La Fraternidad estarían a las puertas de firmar paritarias con un piso -que acabaría en techo- del 30%, muy cercano a lo que quiere el Gobierno.

La CATT entregaría a sus afiliados al destino de cobrar un sueldo menor a las expectativas generales, si se sanciona la ley federal de transporte y se resuelve pronto la reformulación de Ganancias. A Macri le conviene acceder a los requerimientos de esta organización para evitar que determine un paro general de colectiveros, ferroviarios, camioneros y aeronáuticos.