En estos días Mendoza se ha visto abanderada por la lucha de los docentes que rechazan un aumento inferior al nacional (40%) y además con condicionamientos y discriminado, es decir, que solo lo cobrarán aquellos que no tengan ninguna falta al aula y de acuerdo al cargo o función que desempeñen. Se excluyó a los celadores y personal en cambios de función, como así también a los administrativos porque no los abarca el “ítem aula”. En ese clima, surgieron cientos de adhesiones y rechazos, cuatro paros a la fecha contra el gobernador radical Alfredo Cornejo, amenazas de descuento masivo y hasta sugerencias a padres, de parte de la cabeza de la Dirección General de Escuelas (DGE), para “denunciar penalmente a los docentes que reclaman”.

El ex director periodístico de Diario Uno por más de 20 años, y ahora director de la DGE, Jaime Correas (lugarteniente del grupo empresario Vila -Manzano, dueños de gran parte de los medios de comunicación de Mendoza), alentaba y quería zanjar así el problema del derecho constitucional a huelga. En este escenario que todos los años vive el país, y por supuesto nuestra provincia, quedan al descubierto las mezquindades de algunos, el oportunismo de otros, la cara sucia de una economía que devora los salarios de los trabajadores mes a mes, en especial de aquellos que están sujetos a los acuerdos paritarios anuales y sindicatos más o mensos representativos de sus afiliados.

Pero no solo eso. También surgen, no fantasmas, sino personajes de carne y hueso que después de tres décadas de democracia insisten en las viejas prácticas autoritarias.

Un docente de la Escuela 4-003, Ing. Emilio Civit de Maipú –escuela reconocida por la calidad de sus alumnos- fue cuestionado a los gritos en plena formación de entrada y luego insultado en la puerta de la escuela por Alfredo Bendini, director titular de esta escuela. Bendini, según consta en la denuncia elevada a la Supervisión de Técnica y que se hizo pública a través del diario MDZ el 1 de abril, invitó a salir al docente de lengua, Prof.

Dionisio Salas Astorga (y delegado electo desde hace unos meses) a la calle, “para hablar como hombres”.Una vez allí y en presencia de la vicedirectora de la escuela, procedió a insultarlo a los gritos, diciéndole entre otras cosas “sos un chileno hijo de puta por qué no te volvés a tu país”.

Consultado por el mismo MDZ, apenas surgida la noticia, el director insistió “no recordar nada de nada”.El no recordar nada de nada de un docente con cargo jerárquico es peligroso y sobre todo nos hace pensar en esas oscuras épicas donde todo era borrado, incluyendo a las personas y a las instituciones democráticas. Es de espera que la justicia si tenga buena memoria y sancione a quienes a mas de tres décadas de democracia parecen insistir en negarla.