Que existieron los engaños es sabido, pero ¿qué pasa cuando hoy todo se replica en las redes sociales? Antes un desliz no era fácil de descubrir; con los celulares, las tablets y las cámaras, hoy todos podemos enterarnos de un engaño. Incluso saberlo antes que los protagonistas.

Más allá de los escándalos mediáticos que existieron a lo largo de la historia, pareciera que a medida que la tecnología avanza, nos volvemos más y más morbosos. Somos jueces de situaciones ajenas, de vidas íntimas, las consumimos como plato principal en nuestras noticias.

Un claro ejemplo de eso sería la conocida serie Black Mirror donde muestra como la tecnología nos vuelve dependientes de las miradas de los otros, queriendo aparentar y, muchas veces, inventando una vida que no tenemos. Mostrarse siempre felices y bellos. Mostrar. Twittear. Subir video cuando comes, cuando dormis, cuando...esos videos que no querés que estén publicados por ahí pero que compartís.

El último caso que está resonando en los medios en Argentina es el del exjugador de la Selección, Diego Latorre, a quien le publicaron mensajes de chat. Aparentemente, los chats fueron robados de la amante en cuestión.

Primero están los periodistas que hacen carnicería de esos mensajes y los publican, después los consumidores.

Ahí entraríamos nosotros, leyendo y compartiendo esos mensajes a nuestros amigos y contactos, y por último en la cadena, están las páginas que se encargan de hacer los famosos memes (imágenes o videos cargando a alguien) que terminan por instalar el tema en los medios y en la sociedad.

No voy a entrar en el debate de quién es más infiel, si los hombres o las mujeres.

Tampoco en lo que sucede en cada pareja. La mirada va hacía los medios y a las personas que disfrutan de ver que le paso al otro, ocultando sus propias miserias, ya que ninguno estamos librados de que no nos traicionen y engañen.

Me acuerdo el libro "Rebelión en la Granja", de George Orwell, en el que muestra como los animales destruyen sus valores convirtiéndose en humanos.

¿Qué valores queremos darles a nuestros hijos? Porque muchas veces detrás de estas noticias están los hijos de los involucrados que leen internet.

Vivimos en épocas donde las relaciones son poco durables, cambiables ante el mínimo conflicto, donde tenemos acceso a lo que se nos ocurra con un solo clic. "El amor líquido" al qué se refería el sociólogo Zygmunt Bauman se trata de eso, de lo fugaz.

Creo que es cuestión de respetarnos, respetando a ese otro que tenemos al lado, si tanto nos importa, y aún en la era del 2.0 seguir apostando al amor.