Luego de 2 días, el joven de 23 años con síndrome de down que desapareció mientras viajaba en el Eladia Isabel (Buquebus) con rumbo a Colonia, continúa siendo buscado intensamente por la Armada uruguaya y ADES en el Río de la Plata. Estaba acompañado por su madre. Las autoridades creen que pudo haberse caído al agua y extendieron la búsqueda desde las costas de Colonia hasta las de Juan Lacaze y el sudeste de esta localidad en horas del día, según la agencia de noticias Télam.

La página de Facebook oficial de ADES Uruguay, consigna que el sábado por la noche el Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate de La Armada Nacional (MRCC) activó el operativo de búsqueda "que involucra medios aéreos y acuáticos", entre ellos una aeronave de Aviación Naval y diferentes embaracaciones como los PNN-445, PNN-245, el ROU 12 "Paysandú", y los "ADES 10 y 19" para dar con el paradero del desaparecido.

Hasta hoy no hay novedades y la angustia se acrecenta conforme avanzan los días.

El sábado 25, el barco Eladia Isabel navegaba en la conocida travesía Buenos Aires - Colonia del Sacramento cuando un joven de 23 años, que viajaba junto a su madre, desapareció alrededor de las 12:00. El portal El País de Uruguay destacó que la mujer había perdido de vista a su hijo y reportó su ausencia a las autoridades de la embarcación en las cercanías de la Isla Farallón. Luego sonaron los altoparlantes con llamado de atención para encontrar al joven perdido: "la alerta comentaba que vestía buzo azul y tenía síndrome de down", afirmó uno de los viajantes.

Alrededor de las 13:00, cuando la nave había llegado a destino, comenzó un intenso operativo a cargo de los tripulantes quienes pidieron colaboración a las personas a bordo.

Las autoridades retuvieron a los viajantes alrededor de 40 minutos y revisaron cada rincón del barco, incluso cada automóvil de la bodega. Según la página InfoNews, una persona afirmó haberlo visto en la popa del buque unos minutos antes de la alerta, sin embargo, los esfuerzos no rendían frutos y en un momento se escuchó a la madre del joven entre sollozos y llantos clamar por la aparición de su querido hijo.

Terminado el protocolo, se procedió a desocupar la nave, aunque el joven todavía no había aparecido. Las horas crecieron en desesperación y se procedió a entablar la búsqueda por agua. Pasaron 2 días y el joven todavía no apareció. Mientras sigue la búsqueda, el tiempo suma inclemencia en la distancia entre un hijo desaparecido y una madre desesperada.