Si bien lleva una década de reconstrucción interna y poco apoco las luchas intestinas dentro del Partido Nacional, la derrota sufrida enlas últimas elecciones nacionales debería haberle dejado al menos señales de dóndey cómo.

De dónde han fallado, pues el mapa lo deja clarísimo, lahegemonía y dominio del FA tiene su explicación pero también lo tiene, y es aúnmás importante, motivos para pensar por qué los blancos no convencieron en las últimaselecciones nacionales.

Personalmente, sigo insistiendo que una inmensa mayoría dedirigentes nacionalistas son incapaces de interpretar las necesidades einquietudes de sus vecinos, de ganarse su confianza y el talón de Aquiles siguesiendo el no delegar y el no preparar a su militancia, su peor error, su granfallo, es pensar que aquellos que se dicen blancos y se presentan comomilitantes del Partido Nacional están capacitados y motivados para lamilitancia, la dirigencia actual, en donde incluyo a Luis Lacalle Pou yLarrañaga no tiene la capacidad o no la utiliza para preparar su militancia.

Aquello de Somos Idea no se lleva a la práctica, ni muchomenos se hacen talleres de evaluación de sus militantes ¿Qué, cómo, para qué? El militantees el nexo inmediato con el vecino, con el amigo, con el compañero de trabajo,con el familiar, incluso con aquel que, pensando diferente y militando en otropartido, este puede convencer.

Pero no lo va a convencer con palabras e historia de lo quefue el partido, la gente no vive de la historia y le interesa el presente y cómoconstruir el futuro, las bases, las propuestas que puede tener una alternativaa la que hoy están apoyando y la cual votan, lograr despertar empatía en esaspersonas no es tarea fácil pero si, además, las dejamos en manos de unos pocos,será tarea imposible.

Delante de sí los blancos cuentan con un par de meses para, por una parte, elaborar las diferentes propuestas municipales que les permitanrecuperar alguna intendencia y, por otra, preparar su militancia para que seanellos quienes divulguen, defiendan y expliquen esa propuesta, algo nadasencillo, pues al primero que hay que abrirle la cabeza es al dirigente, repito,comenzando por Luis Lacalle Pou.

¿Cuáles son entonces los peores defectos que tienen losblancos y cómo revertir esa imagen delante de la gente? ¿Qué herramientasposeen y ofrecen a su militancia los encumbrados dirigentes? ¿Cuánto saben yconocen de verdad de su militancia? ¿Serán capaces de entablar junto a ellosunas jornadas de autocrítica que les permita al fin conocer sus propiosdefectos?

¿Son de verdad los dirigentes que conocen a sus vecinos, supaís y su militancia? ¿O son, hoy por hoy, presos del marketing político, de su entorno de asesores de sillón y escritorio? ¿Comprenderán algún día que durante 10años han fallado en la estrategia?

Desde la etiqueta de cajetillas a la de que dicen saber todopero si los apuramos no saben tanto, no es recorrer Uruguay de punta a punta ysaber dónde está Paso Campamento, Goñi o San Javier, les falta romper moldes,les falta conocer a su militancia fuera de actos, les falta comprender que loscarteles no votan, que las caravanas son solo coches en la carretera, que losgrandes actos llenos de gente acarreada como ganado no sirven de nada. Les falta comprender que necesitan reconvertirsecon nuevas estrategias, les falta gente que no les diga lo que les gusta oír yles falta dar el 200% para ganar municipales.