El fiscal Alberto Nisman pretendía denunciar a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, recién en octubre 15, en coincidencia con las elecciones generales. La intención era generar ese mes un "aquelarre" político y mediático de impetuoso impacto en la sociedad argentina, sin dejarle tiempo a la Primera Mandataria para formular una desmentida, ni a la Justicia para expedirse.

Esta determinación de esperar a provocar el "estallido" en octubre estaría vinculada a su estrecha relación con los fondos buitres de Paul Singer y bajo el mandato de la cúpula de la ex Side, que venía operando ocultamente contra el Gobierno Nacional.

Por qué no expuso en Diputados

Como se sabe, la formulación de la denuncia del presunto delito de encubrimiento por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, involucrando a Kirchner y su Canciller, no fue presentada formalmente en el Congreso por el fiscal, sino anticipada en el programa político 'A Dos Voces' del canal TN (Grupo Clarín), en la Ciudad de Buenos Aires.

Nisman le advirtió entonces a la diputada macrista Patricia Bullrich, que no disponía de más detalles para exponer ante la Cámara de Diputados, como había sido pactado. La razón era la siguiente: se encontró con una noticia que le resultaba desfavorable desde todo punto de vista: el 17 de diciembre la Presidenta echó a Héctor Icazuriaga, Francisco Larcher y Jaime Stiuso de la ex Side.

En tanto, el PRO reafirmaba sus acometidas con el grupo "Clarín" contra el Poder Ejecutivo, achacándole luego -sin pruebas- el asesinato de Nisman para que la Presidenta "cayera".

Comenzó su derrumbe

El relevo de Stiuso significó su desmoronamiento y su total desamparo; Nisman era incondicional de este espía, quien tan pronto quedó desvinculado de la ex Side nunca más respondió a sus llamados "desesperados" de ayuda.

El plan original de Nisman de sacar a luz su denuncia contra la Presidenta en octubre fue declarado por sus colaboradores más cercanos ante la fiscal Viviana Fein, aunque coincidieron en exteriorizar que ignoraban la razón por la cual anticipó "su jugada", según averiguó el periodista Walter Goobar.

En definitiva, cada vez se tornó más indiscutible que Nisman se oponía a esclarecer la causa AMIA.

Proyectaba usar el Memorándum para perjudicar al Gobierno Nacional y archivar definitivamente la investigación sobre la voladura de la mutual judía.

Informante de Estados Unidos

La documentación de WikiLeaks es un testimonio rotundo de que Nisman comunicaba anticipadamente a la Embajada de EE.UU. "cada paso que iba a dar".

Se desenmascaró así que su apuro en denunciar a la Presidenta respondió a la necesidad de Israel de colaborar en la destrucción del acuerdo nuclear entre Irán y el país del norte.

CIA y MOSSAD

Por otra parte, su amplia relación con la CIA y el Mossad, fueron motivos suficientes para que, durante una década de trabajo, no avanzara en tratar de identificar cualquier conexión local.

No investigó el origen de explosivos y detonadores; no ubicó el sitio donde se localizaban las células terroristas, ni los viajes de "carapintadas" a Irán y tampoco cómo se desenvolvió la camioneta Trafic en las 48 horas previas al atentado.

Ni siquiera indagó a decenas de personas que querían advertirle que -la noche previa a la destrucción de la AMIA- habían visto un helicóptero de la Policía Federal sobrevolar la zona, aparentemente en la búsqueda de la Trafic.

Más aún, ni siquiera le preocupó descubrir cuáles argentinos habrían percibido los 90 mil dólares retirados antes del ataque a la AMIA de una cuenta perteneciente al jeque Mohsen Rabanni en el Deutsche Bank, cerrada dos meses después de la destrucción del edificio.

El año pasado pidió al Equipo Argentino de Antropología Forense que identificara los restos de las víctimas fatales, sin jamás antes emitir una orden en este sentido, ni demostró previamente interés en que se tomasen muestras genéticas a los familiares.