El Paro general que convocaron los sindicatos de transporte público junto con las centrales opositoras tiene un alto acatamiento. No hay trenes ni colectivos de corta, media ni larga distancia, la línea B de subterráneos no funciona y no hay despacho de combustible en las estaciones de servicio. Los bancos funcionan en su horario habitual y los supermercados permanecen abiertos.

El quinto paro general que le realizan a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner arrancó horas antes de la medianoche cuando colectivos y trenes dejaron de funcionar con la regularidad habitual de otros días de semana.

Hay un alto acatamiento de la medida llevada adelante por los gremios del transporte público con las centrales sindicales opositoras y diferentes partidos de izquierda.

Los choferes de colectivos agrupados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) impulsaron la propuesta junto a La Fraternidad, el gremio que nuclea a los conductores de trenes. La CGT Azopardo, que lidera Hugo Moyano, junto a la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, y la CTA de Pablo Micheli decidieron apoyar la medida.

Por su parte, las agrupaciones y los partidos de izquierda decidieron realizar un "paro activo" con cortes y piquetes. A las 6 de la mañana cortaron Puente La Noria, Puente Pueyrredón y la subida a la Autopista Buenos Aires - La Plata.

A las 7, Acceso Oeste, frente al Hospital Posadas. Y, a las 8 de la mañana frente a la Municipalidad de Luján.

En la Panamericana también hubo cortes, y a las 10 de la mañana se realizó una marcha desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo. También hubo cortes en el interior del país como en Neuquén, Jujuy y Mendoza.

En cuanto a otros servicios afectados por el paro, no habrá actividad en los puertos ni habrá servicios aéreos, y como el gremio que conduce Julio Piumato también se adhirió, la actividad en Tribunales es reducida.  Las escuelas en Capital Federal y en Provincia de Buenos Aires permanecen abiertas pero no está garantizado el dictado de clases.

Los bancos y los supermercados no adhirieron al paro ya que habían firmado sus respectivas paritarias. El gremio de taxis que conduce Omar Viviani tampoco lo apoyó pero como hay faltantes de combustible en las estaciones de servicio muchos conductores de taxis decidieron no salir a trabajar.