En los últimos años se ha avanzado en el cumplimiento de derechos sociales: Matrimonio igualitario, Identidad de género y Asignación Universal por Hijo entre otras cosas. Pero en materia de Violencia de género se ha hecho poco: Si bien en 2008 se sancionó la ley de protección integral de violencia de género, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) realizó un informe donde se critica la casi nula aplicación de la ley. No existe una sistematización ni programas de concientización, además, la línea de atención telefónica a víctimas es llevada a cabo de forma muy dispar en cada provincia.

Aunque fue creada la figura de 'femicidio', la Justicia practicamente no la tomó en cuenta. Y desde el gobierno nacional, no hay información oficial sobre este delito, ni siquiera se informa cuanto se destina del presupuesto a la lucha contra la violencia de género.

Si bien no hay datos oficiales sobre femicidios, según la Asociación Civil La Casa del Encuentro una mujer es asesinada cada 30 horas. Esto es en base a calculos del año 2013 donde registraron 295 femicidios (40 más que 2012).

En la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, lleva adelante un desmantelamiento total del Estado. Obviamente, esta temática no es la excepción: En una ciudad de casi 3 millones de personas, hay un solo centro de atención a las víctimas de violencia de género, mientras que la ONU plantea que debe haber uno cada 100 mil habitantes.

Macri destina tan solo el 0,07% del presupuesto a la lucha contra la violencia de género. Además, en enero del año pasado, el Gobierno de la Ciudad decidió terminar el programa de atención a víctimas de delitos sexuales. Obviamente, otra cosa no se puede esperar del autor de la frase "a todas las mujeres les gusta que les digan un piropo, por más que sea que lindo culo que tenes".

Es fácil entrar en la ola del "Ni Una Menos", y es una obviedad que muchos políticos en campaña iban a decidir sumarse. La marcha de hoy debe marcar un cambio en la agenda estatal. La ciudadanía debe dar un paso no solo en políticas de Estado, sino también en lo cultural.

Lo cultural

Hace unas semanas los aspirantes a la presidencia Daniel Scioli, Sergio Massa y Macri, se presentaron en Showmatch, el programa de Marcelo Tinelli.

Showmatch es misógino por excelencia, se pone a la mujer como objeto y se agrega un toque de humor. Cada uno de los dirigentes fue a hacer buena letra con Tinelli, por supuesto sin levantarle la voz ni emitir ninguna queja. El caso más claro fue el de Scioli, un humorista que lo imita bailó tango con su mujer, y le tocó varias veces la cola. Este acto fue festejado entre risas por la gente del estudio, incluyendo al gobernador bonaerense.

Vale aclarar que la presencia de estos tres fue criticada por los precandidatos presidenciales Margarita Stolbizer del GEN y Florencio Randazzo del kirchnerismo.

Para colmo, Tinelli fue nombrado personaje destacado de la cultura en la Ciudad, con el apoyo del jefe de Gobierno.

En la ley sancionada en 2008 dice que desde el Estado se debe "Promover en los medios masivos de comunicación el respeto por los derechos humanos de las mujeres y el tratamiento de la violencia desde la perspectiva de género" y "Alentar la eliminación del sexismo en la información".

Si un programa fomenta la cosificación de la mujer: ¿No debería ser sancionado?. Hoy no pasa, pero si Scioli, Macri y Massa se muestran como los favoritos para las presidenciales, seguramente estamos muy lejos de eso.

La movilización debe significar un antes y un después sobre todo en la visión de la sociedad sobre la mujer. Mientras este naturalizado el mal llamado piropo callejero, o, en los casos de violaciones, se siga cuestionando más a la víctima que al victimario, no hay ley que ampare nada. Si como sociedad no se cambia, la ley va a dar igual.