La visita del presidente de Estados Unidos a Argentina restableció los lazos entre ambas naciones, que permanecieron deteriorados durante casi dos décadas y en instancias próximas, creará nuevos vínculos que potenciarán principalmente temas como la economía y el combate al narcotráfico.

Desde el 2005 el país suramericano no recibía a ningún mandatario estadounidense. En ese año el presidente George W. Bush, participó en la IV Cumbre de las Américas; pero sin tratarse de una reunión bilateral con el entonces gobernante, Nestor Kirchner. Un evento donde algunos de los líderes más importantes de la región, en esa época, como Lula Da Silva, Hugo Chávez y el mismo presidente argentino, rompieron lazos con Washington.

La última reunión de cooperación, previa a la de Obama, se llevó a cabo el 16 de octubre de 1997, cuando Bill Clinton, al igual que el actual presidente de Estados Unidos, recorrió brevemente Buenos Aires y luego se dirigió a Bariloche.

En 1990, el presidente, George Bush padre, llegó a Argentina en medio de un alzamiento de militares rebeldes al Gobierno, conocidos como: “carapintadas”. Este hecho obligó al entonces mandatario, Carlos Menem, a reforzar sus medidas de represión contra los sublevados.

Quien también aprovechó su paso por el sur para recorrer Mar del Plata y Bariloche, fue el XXXIV gobernante estadounidense, Dwight D. Eisenhower, arribando a Buenos Aires el 26 de febrero de 1960 y dirigió un discurso ante el congreso argentino.

Finalmente el el 1 de diciembre de 1936, Franklin Delano Roosevelt, se convirtió en el primer presidente en visitar la Casa Rosada. El Mandatario fue recibido por su homólogo Agustín Pedro Justo, para asistir a la Conferencia Panamericana.