La tanorexia, o adicción al bronceado, es una necesidad obsesiva necesidad de mantener un bronceado perfecto que pone en peligro su Salud física y mental ya sea tomando sol al aire libre o en camas solares.

Un grupo de dermatólogos norteamericanos publicó en el año 2011, en Medical News Today una investigación que demostró que los tanoréxicos experimentan un tipo de ansiedad parecida a la anorexia porque no conciben su imagen como es en realidad.

Su fijación por los baños de sol puede incluso llegar a ser enfermiza y motivo de trastorno psicológico.

Y es que esta distorsión de su realidad, puede ser muy grave, ya que puede llegar a presentar un trastorno dismórfico, es decir, un trastorno mental que los lleva a ser exageradamente autocríticos llevándolos a tener consecuencias graves como en el caso de la anorexia o bulimia, pues, en este caso, puede causar graves problemas de salud, ya que la exposición continua a los rayos UV puede provocar cáncer de piel.

Quienes sufren tanorexia presentan cuadros de ansiedad excesiva por mantener su tono bronceado de piel, o frustración por sentir siempre que no están demasiado bronceados como para lucir bien, lo que los lleva a broncearse una vez a la semana.

En 2012, otra investigación realizada por la Universidad de Wake Forest, aseveró que quienes sufren este tipo de desorden, sienten euforia y placer al exponerse a los rayos UV pues su organismo libera endorfinas que les brindan esa sensación de de bienestar.

Las consecuencias generadas por la tanorexia son múltiples, algunas incluso, bastante graves. Un estudio realizado por expertos del Departamento de Dermatología del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan han dicho que el 80% de los daños provocados por los rayo UV ocurren antes de los 18 años, entre ellos están el cáncer de piel, el melanoma (un peligroso tipo de cáncer relacionado con los rayos UV-A de las camas bronceadoras) y los problemas de la vista.

Otros problemas relacionados con la mala exposición al sol son: arrugas profundas en la piel, piel curtida, envejecimiento prematuro y daño celular de la piel.

Los que sufren tanorexia, al igual que los que sufren cualquier otro tipo de trastornos psicológicos como la anorexia o incluso el alcoholismo, no reconocen que sufren problema, por lo que no visitan al dermatólogo o al psicólogo para detenerlo.

Si bien toda adicción es contraproducente. En estos casos, se corre el riesgo de cáncer de piel y de un notable envejecimiento de la dermis. La solución es la prudencia, y que la obsesión por la estética no llegue a límites insospechados. En caso de que ya se tenga esta u otra adicción, se debe acudir a los especialistas.