Llega del Brasil una noticia verdaderamente inquietante, así como extraña e inimaginable: a través de la gimnasia podemos descubrir cuando moriremos. La noticia sensacional está documentada en una revista científica estadounidense especializada en temas de naturaleza cardiaca, en este caso el "Journal of Cardiology". La prueba fue desarrollada por un grupo de médicos, incluyendo Claudio Gil Araujo, de la Gama Filho University en Río de Janeiro (Brasil).

¿Qué tenemos que hacer para saber la fecha de nuestra muerte?

A través de algunos simples ejercicios físicos, podemos lograr de saber cuándo tiempo tenemos todavía de vivir.

Los ejercicios físicos fueron inventados y puestos en práctica por algunos médicos brasileños, que han sometido 2.002 adultos de edades comprendidas entre 51 y 80 años, a una prueba de la naturaleza física, para verificar la validez de sus suposiciones. El resultado fue sorprendente: según el equipo médico, las personas que, después de haber hecho ejercicio gimnástico, realizan menos de 8 puntos sobre un total de 10, tienen pocas posibilidades de vivir más de seis años, desde la fecha de la realización de la prueba. O más bien morirán antes de los que han realizado 9 o 10 puntos sobre 10.

¿Pero la gimnasia no es sinónimo de Salud?

Que el ejercicio físico sea siempre bueno para su salud es un doto adquirido y bien conocido a todo el mundo.

Pero que a través de esto se pueda entender y saber también cuántas posibilidades de morir, tal vez antes de lo esperado, esto es realmente increíble si no profético.

¿Qué ejercicios debemos hacer al fin de conocer cuándo moriremos?

¿Pero cuáles son los ejercicios "proféticos"? Son necesarios sólo unas pocas simples acciones.

Por ejemplo mediante la medición de su propia fuerza y flexibilidad. Sentándose con las piernas cruzadas y luego levantándose sin apoyo, podemos entender cuando nos queda de vivir. El equipo médico brasileño, de hecho, informa que si no podemos estar de pie, después de hacer hecho el ejercicio, tenemos pocas posibilidades de convertirse en "centenarios". No teniendo fuerza, elasticidad y capacidad de ponerse de pie, estamos condenados a una muerte temprana.