Una mujer italiana de 115 años, que se cree es la más anciana de Europa y la quinta persona más vieja del mundo, indicó que ha permanecido sola después de su primer matrimonio, que terminó en 1938. O lo que es lo mismo, 77 años de su vida sin festejar el día del Amor y la Amistad. Así dijo que es feliz, sin nadie que la domine y comiendo huevos crudos.

Hoy el New York Time cuenta su historia. Emma Morano ha revelado cómo ha hecho para vivir no sólo 77 años sin amor, sino para simplemente sobrevivir. Afirmó que desde hace años cumple con la recomendación que hace mucho tiempo le hizo un médico: comer tres huevos crudos al día (que ya ha reducido a dos), lo que supone una cifra de alrededor de 100.000 huevos en su larga vida.

Durante la entrevista esta longeva italiana contó sobre sus hábitos alimenticios: "Para el desayuno yo como galletas con leche o agua". Luego vienen los huevos, seguidos de "pasta y carne picada ... para cenar, sólo tomo un vaso de leche."

Al parecer su larga vida no sólo es por comer tanto huevo sino que también tiene los genes de su lado: uno de sus ocho hijos vivió casi 100 años, una de sus hermanas vivió 102 y otro murió justo antes entrar al nuevo siglo. A su edad Morano todavía vive sola en un apartamento pequeño, con la visita de un médico que la controla una vez al mes y gracias a una sobrina que le lleva comida todos los días.

Como alguien que estuvo viva cada minuto del siglo 20, rememoró los momentos más importantes que ha enfrentado el mundo: guerras, depresiones, devaluaciones, matanzas, creaciones, invenciones… pero sus recuerdos más significativos son los eventos de su vida personal, informó al diario NYT: "A mis hermanas y a mí nos encantaba bailar y cuando nos escapábamos a un salón de baile sólo esperábamos la llegada de nuestra madre con un palo para regresarnos a la casa con azotes", señaló.

Su decisión de quedarse sola todos los años que vinieron después de que su matrimonio, terminó tras la muerte de un hijo pequeño. Según reveló al diario neoyorkino "porque no quería ser dominada por nadie". Volver a vivir los días del amor, sostuvo, "no era algo que me interesara vivir. Nunca fui romántica, yo comiendo huevos crudos soy feliz", concluyó.