Una triste realidad se vive en Chile respecto de la alimentación de sus habitantes. Y es que un 27% de su población posee obesidad, según antecedentes del Observatorio Global de Salud, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto se traduce en que el campeón de Sudamérica en obesidad, seguido por Argentina y Uruguay. Las mujeres chilenas lideran el porcentaje de obesidad, cuando más del 32% de las chilenas tienen este problema.

A esto se suma uno de los puntos más preocupantes, la tasa de obesidad infantil que también ha ido en alza.

De ser un país con altos niveles de desnutrición infantil en los años 60, pasó a una realidad totalmente opuesta, con un 10% de niños obesos.

La obesidad, según su definición en términos generales, se refiere a una persona "excesivamente gorda" esto respecto del índice de masa corporal o IMC. Más específicamente, la OMS describe la obesidad como "una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud".

Y va más allá de un tema estético, de hecho, se trata de la sexta causa de muerte en Chile. Y sumado a ello, puede generar dolores articulares asociados a la recarga de peso y otras patologías asociadas, como problemas cardiovasculares o diabetes, entre otros.

En el caso particular de la obesidad infantil, también se realizando esfuerzos para regular la venta de alimentos altos en grasas a menores. Es así como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha pedido a países latinoamericanos, entre ellos Chile, regular la publicidad en dulces, chocolates, bebidas azucaradas y otros que bajo un consumo excesivo pueden generar obesidad.

Lo anterior debido a que existen estudios que demuestran que la publicidad influye en el incremento de interés y posterior venta de este tipo de alimentos, especialmente en el caso de los niños.

Los esfuerzos gubernamentales, con una nueva ley de etiquetado de alimentos, se concentran en disminuir la publicidad en las escuelas y espacios públicos orientados a menores de edad, concentrándose por el contrario, en promover alimentos saludables como frutas y ensaladas.

Y junto con ello, generar un sistema de etiquetado que refleje claramente el índice y nivel nutricional de los alimentos, otorgando advertencias en el caso de los alimentos altos en azúcar y grasas.

La solución a una problemática creciente y altamente peligrosa para la población como la obesidad y la gordura, pasa entonces por generar un sistema que identifique los alimentos no saludables, promueva un consumo de alimentos naturales y un plan integral complementario de deportes y actividad física.