Lamentablemente, a la hora de agredirnos entre iguales, no hay límite alguno. La tecnología avanza conforme pasa el tiempo, y el uso de la misma puede ponernos más cerca tanto de amigos como de enemigos. Ya no basta con empujones, golpes, insultos y gritos en la cara, también se extiende el acoso hasta el mundo cibernético. Dicho fenómeno, que se desprende del acoso presencial entre pares, se conoce como acoso virtual o cyber-bullying.

¿Cómo reconocerlo? ¿Y cómo actuar en caso de vernos agredidos por este medio? Según informa el sitio CiberBullying.com, el cyber-bullying se da entre preadolescentes y/o adolescentes (rara vez se involucran adultos), y consiste en humillar, chantajear, insultar y hasta amenazar a un individuo a través de foros, salas de chat, Redes Sociales, teléfonos celulares y videojuegos en red.

Lo que hace tan grave e indignante al cyber-bullying, es el hecho de que el agresor aprovecha el beneficio de anonimato que lo hace sentir "protegido" al poder agredir desde la comodidad de su casa, por en vez de desquitarse cara a cara, y generando en el acosado paranoia, angustia y pánico en base a las palabras hirientes y amenazantes y la persecución constante del acosador.

Es más, ni siquiera es necesario que el acosador y el acosado sean conocidos entre sí.

El sitio CiberBullying.com también proporciona información sobre los actos más comunes en este tipo de acoso, entre los cuáles están crear un blog personal a nombre de víctima para hacerse pasar por ella y ridiculizarla. Cabe mencionar que son frecuentes las difusiones de rumores inventados, fotos y fotomontajes burlescos con su imagen. También es común exponerla bajo títulos como "la fea", "el gordo", "la tonta", etc. para influenciar a otros usuarios a agredirla, así como también enviarle emails, SMS, mensajes privados o escribirle en foros con insultos, ironías, amenazas, incitándola al suicidio o incluso deseándole la muerte.

Primero, se aconseja ignorar los comentarios insultantes. En caso de que las agresiones sean persistentes, se recomienda responder con amabilidad al agresor, pidiendo que se detenga, y de ser necesario, hacerle saber que sus actos pueden ser penados por la Ley. También es aconsejable que la víctima abandone por un tiempo los foros o redes sociales en dónde recibe las agresiones, y pida ayuda a un adulto. En caso de que se necesite hacer una denuncia si las agresiones se tornan graves y constantes, guardar todas las pruebas que ameriten el hecho, ya sean fotos, comentarios, emails, etc. Y lo más importante, no revelar demasiados datos sobre vida personal públicamente en la red.