Muchas veces entramos a nuestro Facebook y sentimosque todo el mundo es más feliz que nosotros, con vidas y trabajos másdivertidos. Pues no te sientas mal: un estudio de la Universidad de Californiay San Diego ha determinado que el estado de ánimo de multitud de personas seve modificado y condicionado por los post que ven en las redes sociales.Pensando en esto, debemos comprender que lo que publicamos en la red no siemprees un reflejo de la realidad y, simplemente, buscamos contagiar nuestra falsa felicidad.Las Redes Sociales, y sobre todo Facebook e Instagram, son una realidad virtual en dondetodo es armonía, por eso hay que comprender que esa no es la vida real.

Tener 2000 amigos en Facebook nosignifica realmente tenerlos. Ahí es donde empieza el conflicto. El término“amigos”, de modo banal, califica a gente que comparte con vos su experiencia depertenecer a dicha red social. Toda esa cantidad de gente no te acompaña en la vida, sino para darle "like" a tus fotos.

¿Cuántos de nosotros vemos agente viajar y ser muy feliz en sus exóticos viajes? Pero alguien alguna vezse preguntó: ¿cuanto sacrificó esta persona, para lograr ese viaje? Verlo enFacebook o Instagram resulta divertido, pero no sabemos que costo respresentó parala persona que viajó. Quizás estuvo 12 meses pagando algo que, luego, resultó fascinante en sus redessociales.

Alguna vez nos preguntamos: ¿mecompraría ésto, si nadie lo ve?

Pues resulta que somos animales de sociedad ylas redes sociales alimentan este deseo de mostrar al mundo lo que tenemos.¿Cuántas cosas de las que uno posee, las hubiere comprado de igual modo, si nadie lo ve? ¿Porqué la gente no se compra una afeitadora de $9000, ni una tostadora de $5000, pero si un teléfono celular de hasta $19000?

Lo que nosotros trasmitimos puede herir suceptibilidades ajenas. Quienentiende bien todo esto, es el cineasta noruego Shaun Higton, quienrealizó el corto "¿En qué estás pensando?", o "What's on yourmind?, que muestra unafaceta que pueden tener las redes sociales: La falsa felicidad.

Entendamos que ser felices no tiene nada que ver con lo que trasmitimos en facebook. Disfrutemos en vez de perder tanto tiempo en compartir.