Instagram todavía cuenta con buena salud, si alguna especie de médico lo revisara. Si bien sus avances precipitados se detuvieron un poco, cuenta con alrededor de 500 millones de usuarios activos a nivel mensual y, si hablamos de los diarios, la cifra solo se reduce a 300 millones. Es claramente el gran amo de las aplicaciones fotográficas.

Y ligado a lo anterior están sus nuevas incursiones en el mundo de negocios. Desde mayo que el servicio permite crear cuentas de esta naturaleza, con herramientas acerca de las estadísticas y utilidades de los contenidos.

Naturalmente, como todo debe quedar en casa, el requisito para contraer esta posibilidad es hacerte una cuenta similar en Facebook. Ahora, sin embargo, Zuckerberg ha puesto el ojo en una flamante función: moderación de los contenidos.

Lo curioso de todo esto es que esta suerte de censura se reduce al ámbito business. ¿Cómo funciona una cuestión tan delicada? No es abstruso: el perfil de negocios tendrá una opción en Ajustes para moderar comentarios. Luego de eso, el sistema automáticamente pasará por su tamiz toda frase o dicho, soslayando los que considere poco apropiados y todo en base a las denuncias que se vayan acumulando. Es decir, el usuario señala y la aplicación ejecuta, ya que tampoco se quiere por parte de los desarrolladores quitar el potencial lícito de crítica a cualquier cliente.

El sueño, sí, para muchas compañías; pero Instagram no lo permitirá, al parecer.

¿Lo positivo de todo esto? Bueno: sobre todo para las cuentas con gran receptividad, se evitarán los spam y mensajes pletóricos de agravios. Algo absolutamente imposible de realizar en forma manual, sobre todo cuando hablamos de muchos seguidores y un gran volumen de comentarios.

Pero como siempre, hay que vislumbrar el lado negativo a la cuestión y es curiosa por lo menos. Hace pocos meses que la aplicación estrenó sus perfiles de negocios, por ende, la inmensa mayoría de los usuarios son particulares y no empresas. En este terreno realmente sería necesario morigerar dichos y frases, sobre todo para esas personalidades consideradas famosas en la red y que pueden verse sometidas a los punzantes trolls. Veremos qué piensa Zuckerberg a futuro.