Caminar por las calles de Colonia del Sacramento, en Uruguay, es como realizar un viaje en el tiempo. Es como abrir un libro de historia y comenzar a hojear cada página que habla de otros tiempos. De esos años en los que los españoles, asentados en nuestro continente, colonizaron todo a su paso.

Aquí, la historia es el elemento principal en el viaje de cualquier turista. Un viaje que se puede concretar gracias a la conectividad que proporciona la ruta 1, que une Montevideo y esta ciudad del sur de Uruguay. Alrededor de una hora y media en auto toma llegar a Colonia, distante a 160 kilómetros de la capital del país.

Aunque la mayor cantidad de turistas llega a este destino a través del Río de la Plata. En verano, cada día hay nueve viajes en barco que van y vienen desde Buenos Aires. La travesía dura 50 minutos y el valor, en temporada alta, es de aproximadamente 160 dólares por persona.

Ya en el lugar la panorámica se llena con calles de adoquines, construcciones de adobe y rincones iluminados por faroles de fierro. En medio de la caminata, infaltable es conocer la calle de los suspiros, ubicada en el centro del casco histórico. Es un lugar que durante la época colonial albergaba a la población más pobre; por eso el nombre. Y es que la historia cuenta que sus habitantes todos los días suspiraban y sufrían por no tener alimentos.

Además, aquí la prostitución era el oficio más recurrente.

Pero también es recomendable visitar la Plaza de Toros, un verdadero coliseo en el que se desarrollaban, a principios del siglo XX, competencias con estos animales. Hoy, sólo quedan las ruinas imponentes de este monumento (ver fotografía). Luego, crucen la calle y conozcan el museo de trenes, donde encontrarán objetos centenarios que dan cuenta de la importancia de este medio de transporte en la conexión de un país pequeño.

En Uruguay, la distancia máxima entre un extremo y otro es de 600 kilómetros, por lo tanto el ferrocarril fue fundamental en la creación de localidades.

Para dormir en Colonia del Sacramento hay más de 50 alternativas. Hay hoteles de grandes cadenas, como el Sheraton y el Radisson. Este último con un precio aproximado de 190 dólares por noche.

Pero también están las posadas, que van en la línea histórica de la ciudad. Son casas antiguas acondicionadas para recibir a los turistas. Es un alojamiento que cuesta en promedio unos 100 dólares por cada día.

Y para comer carne uruguaya, la Pulpería de Los Faroles es ideal. Ubicado en la plaza de la ciudad, este restaurante ofrece buena mesa y música en vivo. Otra opción, pero de comida rápida, es la oferta de La Pasiva. Es un negocio que nació en la década del 60 y desde entonces ha marcado la gastronomía uruguaya. Los famosos "chivitos", que mezclan carne, lechuga, tomate, pepinillos y otros vegetales, son el caballito de batalla en las mesas de este restaurante. El precio es bastante accesible, 175 pesos uruguayos, lo que equivale a ocho dólares aproximadamente.

Y cuando termina el día, qué mejor que salir a caminar por la rambla, como le llaman a la costanera. Además tienen amplias playas a orillas del Río de la Plata. Un río que los uruguayos consideran mar. Aunque este es un lugar en el que se puede aprender sobre la historia de nuestros pueblos y aunque es un destino tranquilo, acogedor y de bonitos paisajes, hay que ser sinceros: es una ciudad ideal para venir por el día o para estar máximo dos noches. Lo bueno es que está muy bien ubicada, y desde aquí es fácil moverse a la capital uruguaya o a argentina.