Me encanta recorrer lugares de Argentina, en compañía de la familia. Este verano decidimos visitar la bella ciudad de Tandil, que ofrece muy buenas opciones para visitar, tanto para hacer vida en la naturaleza, como por su parte cultural.

Sus cerros

El Cerro Centinela, según cuentan los lugareños, es el viudo de la Piedra Movediza desde la fecha en que esta se cayó de su base (29 de febrero de 1912). Aquí podés practicar deportes como tirolesa, rappel, cabalgatas, paintball, y disfrutar de un paseo en la aerosilla por encima de un monte de pinos de gran altura. Al arribar a la cima contás con un lugar para comer, beber, y centros comerciales para quedar bien con un regalito a la familia y los amigos.

El Cerro de la Piedra Movediza brinda una hermosa vista de la ciudad, si te animás a subir sus 300 escalones marcados en el mismo cerro.

El Cerro Monte Calvario recrea el Vía Crucis, con varias réplicas de la caminata de Jesús hasta su crucifixión, en la que se levanta una imagen del Cristo en la cruz de tamaño gigantesca, donde los peregrinos hacen sus plegarias y agradecimientos.

El Cerro del Libertador, es una pequeña elevación, donde se alza la figura del Libertador, don José de San Martín.

Y no podemos obviar el Castillo Morisco, hermoso paseo para realizar en coche o de a pie hasta la cumbre, adonde se encuentra dicho castillo, con una vista fenomenal de toda la ciudad tandilense. Lo recomendable es visitarlo de noche, para poder disfrutar la ciudad iluminada.

La movida cultural tandilense

En cuanto a lo cultural, no hay que dejar de ir a la Muestra de Ferromodelismo, al Museo de coches antiguos de Tandil (MUVET), y al Museo del Fuerte Independencia (MUFIT).

Inperdible la visita al Lago del Fuerte; su vegetación, donde podés realizar paseos en kayak de día, o con guía durante la noche. El balneario es para toda la familia, con un almacén de artesanos con una muy buena calidad de manualidades .

Desde el balneario también podrás disfrutar la vista de una obra realizada en hierro: El Quijote y Sancho Panza. Se puede subir en coche, con una dificultad media por el tramo empinado en el que se encuentra la escultura.

Todo esto se completa con la calidad y calidez de la gente.