Una vez escuché decir a alguien que el paraíso existe y está en Maldives. Por eso fui a comprobarlo y hoy puedo confirmarlo.

Velassaru se encuentra en una isla privada de coral en un mar turquesa, a 25 minutos en lancha rápida, del aeropuerto de Malé, Maldives. Es una isla rodeada de playas de arenas blancas protegidas por un arrecife de coral, lo que te permite hacer snorkeling y ver todo tipo de peces, tortugas, mantas, y más.

Al llegar te reciben con una copa de bienvenida y una lluvia de pétalos de flores. Lo primero que debes hacer es quitarte el calzado...

para no volver a calzarte hasta el momento de regresar.

Si hay un cielo en la tierra, este se encuentra en la Isla de Velassaru, donde reina la paz y la serenidad, algo difícil de encontrar en cualquier otro lugar, en el mundo de hoy. El silencio reina en Velassaru, donde la armonía es el tema; uno vive allí como en el propio paraíso.

La vegetación verde enorme se interpone a pocos pasos de la playa. Flores tropicales de una gran variedad de colores y aromas añaden profundidad a la vegetación y atrae a las mariposas y los pájaros. Es sólo el canto de estas aves el sonido que se respira en el aire; nada más lejano que molestar a la soledad.

Nos sugieren caminar hacia nuestro destino en el otro extremo de la isla, por un sendero sinuoso, bordeado de árboles tropicales, grandes y pequeños.

Este camino nos conducirá a una aventura inolvidable, cuyo comienzo es al caer la tarde en otro sector de la playa.

A pocos metros espera, ya comenzando a atardecer, un antiguo y auténtico crucero de Maldivas. El escenario se transforma ante nuestro ojos en un contexto de magníficos tonos y matices, a la vez que un nativo del lugar invita a subir a la nave.

Allí disfrutaremos de un paseo cómodamente sentados y provistos de canapés y champán, para brindar por el día vivido, mientras el sol se despide hasta el próximo mañana, dedicándonos unas vistas increíbles. Una experiencia verdaderamente única y romantica.

Para finalizar, al llegar a la costa invitan a disfrutar una cena a la luz de las estrellas sobre la playa, donde ya están dispuestos especialmente para la ocasión, banquetas y una mesa construidas con la propia arena de la playa, adornadas con mantas típicas y cómodos almohadones.

A nuestro alrededor, las antorchas crean un lugar único.

El menú típico de la región, compuesto de cuatro platos y un chef para nosotros solos. ¿Qué más podemos pedir? Las estrellas en el cielo nos iluminan y la luna resplandeciente es testigo de nuestro disfrute.