Situadoen la zona montañosa del Rif, al sur de Tánger, el pueblo atrae hace años a los turistas de todo el mundopor una particularidad: todas sus casas están pintadas de un azul muy intenso. Sinembargo, las razones del principal atractivo de Chefchaouen, no siempre sonconocidas por los visitantes.

Sufundación data del siglo XV y aunque emplazada en zona bereber, sus primeroshabitantes fueron exiliados judíos y musulmanes de al-Ándaluz (ahora Andalucía)que tuvieron que huir cuando los españoles ocuparon esas tierras.

Se dice queel azul intenso de las paredes fue elegido en añoranza al color del marMediterráneo.

Esta historia la convirtió en una ciudad sagrada en la que seprohibió la entrada a extranjeros durante siglos. Solo a comienzos del sigloXX, tras la invasión de las tropas españolas y un tratado entre España yFrancia, la ciudad abrió sus puertas.

HoyChefchaouen, aunque rodeada de cultivos, vive principalmente del Turismo. Eldesempleo extendido en todo Marruecos hace que los habitantes deban ganar su sustento de las formas más diversas.

Es bien conocido la insistencia de losjóvenes que siguen a viajeros y turistas (suelen hablar hasta 5 idiomas), ofreciendomostrarles el lugar e incluso invitándolos a comer y hospedarse en sus casas.Pero la forma más fácil y rápida de ganar dinero la ofrece el kif.

Detrásde las montañas que rodean el pueblo se hallan extensas plantaciones de estecultivo que es, nada más y nada menos, la planta de la que se extrae el hachís.Pero en Chefchaouen la oferta no se limita a la obtención de unos gramos parafumar, sino que, acorde a la hospitalidad de la zona, se ofrece acompañar alvisitante hasta una plantación e incluso hacer una demostración casera de sufabricación.

La policía, aunque esta práctica es ilegal, hace ojos gordos yaque entiende que se hace en una escala familiar, y que responde a razones depura subsistencia.

Esasí como, aunque no esté en los libros turísticos, el paseo más habitual en losalrededores del antiguo pueblo, es la guía improvisada de un joven local quemonta en su propia casa un pequeño teatro para que los turistas filmen y saquenfotos mientras tamiza las hojas del kif.

Amitad de ruta entre Tánger y Fez, Chefchaouen se convirtió en parada obligada de todoslos viajeros por Marruecos, quienes además de apreciar su apasionante historiay belleza, se enteran de una realidad más compleja que la que cuentan lasguías.