Fernando Manuel Acosta Ubaldi nació en la provincia de Formosa (Argentina). Actualmente tiene 44 años y vive en Córdoba. Es considerado un profesional destacado por su relevante historial académico y laboral. Realizó un Doctorado en Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba y se especializó específicamente en Derechos de Propiedad Industrial e Intelectual en la Universidad de Buenos Aires y en Worldwide Academy of WIPO. Uno de los trabajos más distinguidos que desempeñó fue en Consultoría Legal en la Organización de las Naciones Unidas radicada en Ginebra (Suiza) durante siete años.

Bárbara Distef: ¿Cómo surge tu viaje a Ginebra?

FMAU: En 2003 me fui a vivir a Ginebra (Suiza). Un año atrás había aplicado para un puesto remunerado en la Organización de las Naciones Unidas en un proyecto de mi especialidad en el derecho (propiedad intelectual) y ese año me tomaron las entrevistas pertinentes y me aceptaron. Tuve que viajar enseguida. Prácticamente no tuve tiempo de pensar en nada, todavía no dimensionaba lo que estaba por venir. Todos mis afectos quedaron, yo llegué a Ginebra con dos valijas y mi alma.

BD: Que valentía. ¿Cómo era “el día a día” de tu Trabajo luego?

FMAU: Al principio, el ajetreo propio de un nuevo emprendimiento no me dejaba pensar demasiado, pero luego la soledad comenzó a sentirse fuerte.

El año 2004 yo lo recibí solo en mi departamento, para que te des una idea.

Trabajaba desde las 9:00 hasta las 17:00. Posteriormente, yo siempre conseguía invitaciones de las delegaciones diplomáticas acreditadas en Ginebra para asistir a cocktails, vinos de honor, etc, para no estar tan solo. En los fines de semana, tomaba un avión y me iba a recorrer Europa.

El siguiente año sí ya fue mejor, porque me hice de amigos y ellos fueron mi familia. Vivía bien, no me faltaba absolutamente nada material, en ese sentido, mejor imposible.

Mi trabajo consistía en dar asesoramiento legal para países de Asía, África y Oceanía en materia de propiedad intelectual.

BD: ¿Te adaptaste rápido a hablar completamente en otro idioma?

FMAU: En el trabajo hablaba inglés y en mi vida personal francés, pero yo hablo cuatro idiomas, con lo cual no fue difícil para nada en ese sentido

Lo más lento fue adaptarme al estilo de vida ginebrense, considerando que es una sociedad tremendamente conservadora. La vida nocturna entre semana culmina a las 23:00.

BD: ¿Y hay otro aspecto conservador o diferente a la cultura argentina o latina en general que hayas notado con el tiempo?

FMAU: Ginebra es una ciudad pequeña de gente adulta, los jóvenes en su mayoría migran a otras ciudades o a la capital suiza. El respeto y la buena educación son pilares básicos de convivencia. El transporte público (buses, tranvías, trenes, lanchas) es gratuito para los residentes legales.

Los periódicos se ubican en las esquinas y dentro del transporte público, se lee y se deja para que otros lo puedan leer.

Lo negativo es que se forma una burbuja irreal alrededor tuyo y luego, cuando salís de ahí te topetas con otra realidad. Todo lo que en el resto de Europa te cuesta 1,50 euros, en Ginebra te cuesta 6,00 euros.

Un detalle muy importante es que las fallas se pagan. Los vecinos, no por ser amigos dejan de denunciarte si cometes alguna falta.

BD: ¿Te han denunciado alguna vez?

FMAU: Sí. En una oportunidad me bañé antes de las 6:00 y eso no está permitido por el ruido que le haces al departamento de abajo. Pero no pasó de una concurrencia al ayuntamiento donde me "apalabraron" bastante.

BD: Claramente eso jamás pasaría en Argentina.

¿Sos feliz viviendo en Argentina nuevamente o estás pensando en volver a vivir en otro país?

FMAU: ¡No!, no hay como Córdoba Capital, no la cambio por nada en el mundo, aun siendo formoseño. Estoy enamorado de Córdoba.

BD: Así me gusta. Defendiendo nuestro país como un buen argentino.

FMAU: ¡Así es!

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