Nuestra conducta es todo aquello que nos define como personas, como quienes somos y seremos, pero sobre todo definirá nuestro carácter y a nuestra personalidad para toda la vida. Si actuamos de mala manera a lo largo de nuestra vida de seguro nuestra conducta no debe haber sido la mejor.

La conducta: Es la manifestación de la personalidad humana. Hace referencia netamente a los factores y acciones visibles de los individuos. Dentro de la conducta podemos encontrar diversas áreas: área de la mente (dominio cognitivo), área del cuerpo (dominio psicotriz) y área del mundo exterior (dominio afectivo).

La mente humana como dominadora de la conducta se divide en tres tipos de sistemas dentro de la conducta:

El sistema consciente es todo aquello que ocurre en nuestra mente y de lo que nos damos cuenta perfectamente. Hace referencia a lo que se produce dentro de nuestra mente y que somos capaces de comunicar a los demás verbalmente.

El sistema pre consciente es aquel que garantiza cierta comunicación de la consciencia al subconsciente. Por lo tanto el inconsciente se define como todos los contenidos mentales que quedan fuera de la conciencia, pero sin embargo los tenemos aun sin darnos cuenta de ello.

La motivación juega un papel esencial en nuestra vida, ya que por ella luchamos, nos levantamos, progresamos y buscamos metas.

Así, podemos definir a la motivación como aquel motor de la conducta que es necesaria para toda actividad, e implica una necesidad insatisfecha que se vive como una tensión que solo desaparecerá de nuestra mente-cuerpo cuando se alcanza el objetivo deseado.

Dentro de la motivación, podemos encontrar de dos tipos:

Motivación interna: En ella el deseo que impulsa la conducta es solamente interno.

Los estímulos son del interior y dan lugar a la conducta intrínseca que hace al individuo disfrutar sin mas de la actividad que realiza.

Motivación externa: En ella el deseo que impulsa la conducta es exterior. Por ello la conducta que aquí es empleada se llama extrinseca, ya que en ella se busca obtener una recompensa externa o evitar un castigo.