Cuando restan 55 días para la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, los avances en cuanto a lo organizativo avanzan a la par de las problemáticas relacionadas al rubro de la salud. La Bahía de Guanabara ha sido el foco de atención desde finales del 2014 cuando un estudio dio cuenta de la presencia de bacterias, una amenaza en terreno en donde verán acción las competencias de windsurf y navegación.

En las últimas horas, un grupo de científicos ha dado cuenta de la existencia en cinco playas de Río de unas "súper bacterias", las cuales son peligrosas y al mismo tiempo resistentes a los medicamentos. El temor es más que preocupante teniendo en cuenta que en Copacabana, una de las áreas involucradas junto a Flamengo, Leblon, Ipanema y Botafogo, lugar en donde se hallaron los microbios será escenario de las pruebas olímpicos de aguas abiertas, canotaje y remo.

Los descubrimientos, que fueron obtenidos luego de que científicos analizaran dos estudios académicos en San Diego, son un nuevo motivo de alerta ya que los cursos de agua en la ciudad anfitriona del máximo evento deportivo a nivel mundial están contaminados con el alcantarillado.

Las infecciones, que son difíciles de tratar, pueden causar infecciones gastrointestinales, urinarias y pulmonares en vías circulatorias. La peligrosidad es aún mayor si se toman como parámetro los estudios de CDC que aseguran que las bacterias provocan la muerte en la mitad de los casos detectados.

La Bahía de Guanabara y las playas mencionadas, que han llegado a esta situación debido a la ausencia de medidas sanitarias a lo largo de varios años, se suman a la laguna Rodrigo Freitas como escenarios de competencias acuáticas. En esta última se han encontrado genes de bacterias con lo cual la preocupación no es sólo de los organizadores sino también de los propios atletas, que en muchos casos podrían ausentarse de los Juegos si no se ofrecen garantías de parte del Comité Organizador.

 

Riesgo del zika es mínimo según el ministro de Salud de Brasil 

Otra de las grandes problemáticas en Brasil ligadas a la salud es el virus de Zika, que se propaga no sólo en la ciudad sede de los JJOO sino también a lo largo y a lo ancho del territorio brasileño. En momentos en los cuales el temor se ha extendido fuera de las fronteras y muchos deportistas de las diferentes delegaciones que acudirán a la gran fiesta del deporte se muestran indecisos a la hora de confirmar la presencia en territorio sudamericano en agosto venidero, el ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros ha asegurado que el riesgo de que el virus se propague durante los Juegos es mínimo.

El funcionario agregó que el índice de casos de personas infectadas ha bajado si se toma el período comprendido de mediados de febrero a comienzos de mayo.

Según Barros la retracción está sujeta a que la presencia del mosquito que transmite el virus baja considerablemente en los meses con bajas temperaturas y de clima seco. Las autoridades médicas y los organizadores se muestran optimistas pese al panorama desalentador y auguran que la cantidad de casos de Zika en Río se reducirá durante el invierno, cuando se celebre la cita olímpica y los Paralímpicos.