En el discurso anual ante el parlamento y las autoridades estatales y regionales, Putin ha realizado unas duras declaraciones sobre Occidente y su política hacia Rusia, y ha declarado que las potencias occidentales han deseado que su país acabase desmembrado como Yugoslavia para perder su importancia a nivel mundial.
En Chechenia al mismo tiempo se han producido incidentes, más concretamente en su capital Grozni, y un grupo de la guerrilla de aquel país asesinó a tres policías que custodiaban las instalaciones del Palacio de la Prensa, y su presencia se hizo fuerte en éste.
El enfrentamiento ha acabado con 10 policías muertos y cerca de 30 heridos con 10 guerrilleros muertos.
El recuerdo al conflicto en los años 90 estaba en la mente de todos, mientras Putin hacía referencia en Moscú al apoyo tácito de Occidente a los separatistas chechenos en aquella época que fueron alentados y que fueron una grave problema para el país. Los años han pasado y parece que los protagonistas parecen los mismos.
El líder ruso hizo también referencias a que la anexión de Crimea era algo vital, pues es tierra sagrada (en referencia al bautizo del príncipe Vladimir en el siglo X, cuando la capital era Kiev). Este símbolo ha supuesto en la práctica muchos problemas para el país y su economía, además del conflicto con la vecina Ucrania.
En referencia al problema con el país vecino y sobre todo con el que se desarrolla en la parte este del país en ciudades como Lugansk o Donetsk, no hubo novedades en lo relativo a dar una solución al conflicto, y defendió la posición de su país y condenó el golpe de estado a Yanukóvich.
Asimismo, Putin cree que la reacción internacional ante la política rusa hubiera sido negativa de haber existido o no el conflicto ucraniano, que hubiesen encontrado excusas para plantear críticas y perseguir a la nación rusa de la manera que fuese.
Por lo que hizo un llamamiento a que esta nueva época sirva para mirar más hacia dentro y reafirmar los valores que sustentan al país. En la práctica lo que parece es que merced a sus políticos y al miedo de perder hegemonía internacional y militar, vuelven a sacrificar el crecimiento y bienestar de su población, que corre el riesgo de desandar lo ganado en estos últimos años.