Jason Rezaian, de 39 años y de nacionalidad iraní y estadounidense, fue detenido en su domicilio de Tehereán el 22 de julio, donde se encontraba trabajando como corresponsal. El motivo fue porque se lo acusa de realizar actividades de espionaje para el Gobierno de Estados Unidos y "actuar contra el República  Islámica de Irán", este martes apareció por primera vez ante el tribunal Revolucionario.

Durante estos meses, Rezaian permaneció detenido en la prisión de Evin. Sus familiares han denunciado que el periodista, desde que se encuentra allí, no ha recibido tratamiento médico ni asistencia letrada.

Su hermana, Ali Rezaian, ha realizado una campaña pidiendo por la liberación de su hermano y, acorde a sus declaraciones, las pruebas que posee Irán para acusar a Jason son: una solicitud para que su familia obtenga la visa estadounidense y una carta enviada en 2008 a la Casa Blanca, en donde manifiesta su apoyo y ofrece su ayuda, para que las  relaciones entre ambos países mejoren. A su vez, su abogada, Leila Ahsan, pudo ver a su defendido una sola vez y recién el mes pesado supo cuáles eran los cargos por los que lo detuvieron.

La sala 15° del Tribunal Revolucionario de Teherán, la cual lleva adelante el caso, es el juzgado que se encarga de los asuntos referidos a la seguridad nacional o políticos.

Y Abolghaseem Salvati es el juez encargado de la causa, que a su vez prohibió la presencia de familiares directos o representantes del diario donde trabaja el periodista acusado, por lo que el juicio será a puertas cerradas.

En un momento donde las negociaciones nucleares son difíciles, a la ya tensa relación entre EEUU e Irán, se le suma este hecho, en el que ya ha intervenido el presidente estadounidense Barak Obama, solicitando la liberación del propio periodista.

Pero, a pesar de que Jason Rezaian posee ambas nacionalidades, el gobierno iraní no se las reconoce, asegurando que este es un asunto interno.

 Como consecuencia de las actitudes del gobierno iraní, el Comité para la Protección de los Periodistas, solicitó que las autoridades iraníes den las garantías de un "juicio justo y transparente" para el corresponsal, que según Reportero Sin Fronteras, forma parte de los 65 periodistas y blogueros detenidos por delitos de carácter político.