Un año de silencio. Los ex trabajadores de Radio Televisión Valenciana han comenzado este viernes una serie de movilizaciones en Alicante, Valencia y Castellón, para conmemorar que hace un año, concretamente el 29 de noviembre de 2013 a las 12:19 horas, la Generalitat Valenciana ordenó el corte de las emisiones. La plantilla de Alicante se ha concentrado a las puertas del Ayuntamiento. Mañana los actos de protesta tendrán lugar en la Plaza de Manises de Valencia bajo el lema "Sin señal no hay futuro".

El 29 de noviembre de 2013, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ordenó a un ejército de policías el cierre de la radio y televisión autonómica valenciana.

Y lo hicieron de la manera más burda, cortando los cables de la emisión y proyectando una imagen de la Comunidad Valenciana de auténtica república bananera. El cierre lo desencadenó una sentencia judicial que anulaba un expediente de regulación de empleo que afectaba a mil trabajadores.

Un año después, uno de los hombres fuertes de Alberto Fabra, el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, depositará sobre las mesas algo más de tres millones de euros para poner en marcha una televisión que tenga como valores fomentar la cultura, las tradiciones y la lengua valenciana. Es decir, los mismos objetivos con los que nació el liquidado por la fuerza Canal 9. Además, esta nueva televisión contradice la versión de que Canal 9 fue clausurada por razones económicas.

De hecho, su liquidación está costando, de momento, el importe de al menos cuatro años de funcionamiento. Según algunas fuentes el coste de dicha liquidación será de unos 300 millones de euros.

El 13 de noviembre, Alberto Fabra sorprendía con unas declaraciones en las que afirmaba que estaría dispuesto a reabrir la televisión autonómica siempre y cuando las circunstancias económicas lo permitan.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué este cambio de criterio? ¿Por qué ha gastado ya más de doscientos millones de euros en su liquidación y ha dejado herido de muerte el sector audiovisual valenciano y a más de mil seiscientos trabajadores en el paro si su intención es reabrir?

El descalabro del Partido Popular (PP) en las últimas elecciones europeas fue descomunal.

Perdió prácticamente medio millón de votos. No tardaron muchas voces de este partido en atribuir estos resultados al hecho de que no habían tenido a su servicio un medio de comunicación que propagara sus ideas y los logros conseguidos después de dieciocho años en el gobierno.

De todo ello se puede desprender que los políticos, al menos los de la Comunidad Valenciana, han considerado siempre la televisión pública como un gran laboratorio de estrategia propagandística que les han ayudado a ganar elección tras elección y prácticamente siempre por mayoría absoluta. Es lógico suponer que a poco menos de seis meses para los comicios locales y autonómicos, el PP quiera "rearmarse" en los medios de comunicación para perpetuarse cuatro años más en el poder.

Evidentemente, todos los partidos de la oposición han reaccionado con contundencia ante este anuncio del máximo mandatario de los valencianos, como también lo ha hecho la Intersindical, uno de los sindicatos mayoritarios de la televisión pública valenciana. Estas opiniones son prácticamente unánimes: "Una televisión pública no puede convertirse en una mercancía electoral", dice este sindicato.