Manuel Alvarado, un médico venezolano, hace un mes bromeó con el personal del aeropuerto, diciendo que llevaba una bomba. El chiste no solo fue poco gracioso sino que acabó mal para el doctor, ya que la justicia le ha condenado al pago de 90.000 euros por su lamentable ocurrencia.

La broma fue tomada en serio y provocó el desalojo de las dos terminales del aeropuerto de Miami, este alto costo es el que tiene que pagar el médico venezolano. Todo sucedió antes de embarcar al avión, donde un empleado de la compañía colombiana le hacía un interrogatorio de rutina (de esos que se hicieron costumbre desde los graves atentados que acabaron con la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York y sus millares de muertos).

El señor Alvarado respondió que transportaba explosivos y eso fué motivo de arresto por el personal del aeropuerto de Miami, pese a que el médico repitió que tan sólo se trataba de una broma, se procedió como medida de seguridad ha comenzar el plan de evacuación del aeropuerto norteamericano.

El abogado, Brian Bieber ha comentado que su cliente está consternado y muy arrepentido de su error, ya que no tenía intención de provocar el pánico en el aeropuerto, ni las consecuencias que tuvo para todo el personal del mismo. Los fiscales decidieron no imputarle cargos más graves que le hubieran podido deparar hasta pena de prisión, estos hubieran sido dos, uno por amenaza de bomba y el otro por conducta criminal.

Afortunadamente no ha pasado a mayores y "solo" tendrá que afrontar el pago de una multa de 90.000 dólares que se ha comprometido a pagar para reparar los daños colaterales de su broma.

Queda claro con este suceso que pese a lo evidente que son en muchos casos los cuestionarios rutinarios, especialmente en los Estados Unidos que para un ciudadano de otro país pudieran considerarse demasiado obvios, deben de responderse con total seriedad y sin hacer bromas, ya que un mal entendido o una broma mal elegida puede tener las nefastas consecuencias que tuvo el doctor venezolano.