En primer lugar, es necesario recordar que durante la lactancia materna no se puede seguir una dieta severa, porque el niño necesita de particulares nutrientes (proteínas, hierro, calcio, etc.) y, al mismo tiempo, que en esta fase se necesita de una consistente ingestión de energía dietética (alrededor del 20% de calorías más de lo normal). Para este fin, es importante preferir los siguientes alimentos: Carne, pescado y huevos.

Estos alimentos, de hecho, tienen muchas proteínas, muchas calorías y son útiles para el sistema inmunológico. Para una comida completa es bueno acompañar cada plato con un plato abundante de verduras; en particular las verduras con hojas verdes (espinacas, hinojo, apio y zanahorias) que, además de ser valiosos antioxidantes capaces de contrastar la acción de los radicales libres, realizan también una importante acción diurética y estimulan la producción de leche.

Para los bocadillos, se prefiere siempre una fruta de temporada o, eventualmente, un bote de yogur. Igualmente importantes son los productos lácteos que aseguran la cantidad adecuada de calcio, que es esencial en el proceso de la lactancia materna. También se aconseja de no exagerar con el pez, porque podría dar a la leche un sabor desagradable; por lo tanto es apropiado preferir un pescado que no tiene un sabor intenso (pensamos, por ejemplo, al lenguado). Es importante, también, evitar los alimentos fritos, no se debe exagerar con los dulces y es necesario utilizar la sal con moderación, porque provoca la retención de líquidos.

Es muy importante hacer, durante el día, las tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y dos pequeños bocadillos (uno a media mañana y el otro por la tarde).

Durante este período es importante renunciar a un estilo de vida sedentario y hacer un apropiado movimiento físico diario: se pueden hacer, por ejemplo, de largos paseos o se puede ir a la piscina con el bebé. No se debe olvidar, por último, de beber al menos tres litros de agua al día, tisanas y té sin azúcar. Beber esta cantidad de agua permitirá al cuerpo de evitar la retención de líquidos y la formación de la celulitis.